Cuando llegue a la esquina del edificio, pensé a donde iría, era tarde y por lo general no había muchos lugares a donde ir, así que decidí ir a comer algo para luego regresar al departamento.
Comencé a caminar alcanzaría pasar a algún lugar de comida rápida, así que eso había decidido. Cuando llegue cerca del lugar sentí una mano que me jalo hacia atrás.
-Hola bella señorita – dijo un hombre.
-Suélteme – dije mirándolo
Era un hombre realmente des agradable. Me dio un solo empujón hacia callejón, su cuerpo era al menos cuatro veces el mío.
-Déjeme – dije gritando
-No – dijo riendo
-¡Ayuda! – volví a gritar
Era primera vez que sentía miedo. El hombre me agarro de la ropa me zamarreo con fuerza, tanta que rompió mi camisa, los botones saltaron al suelo y luego yo también caí. Cuando el hombre se comenzó a acercar vi que alguien lo golpeo era Al, detrás de él estaba la policía.
-Marie – dijo acercándose luego de que sacaron al hombre
Lo abrace, me sentía con mucho miedo, temor, lo apreté con fuerza.
-Gracias – dije con ganas de llorar.
El me paso su chaqueta y la acomodo para que no se me viera mi ropa interior.
-Tranquila – dijo besando mi cabello
-Gracias – dije mirándolo
-De nada – dijo acariciando mi cabello.
El me ayudo a pararme y me mantuvo a su lado mientras la policía me hacía preguntas. Luego comenzamos a caminar hacia mi departamento, me detuve.
-¿Qué ocurre? – dijo mirándome
-Yo… - dije cerrando mis ojos
-¿Quieres ir a mi departamento? – dijo mirándome
-No, no podría – dije mirándolo
-Si no quieres ir a tu casa, ven a la mía, no te hare daño solo es para que estés cómoda – dijo mirándome
-Gracias, pero prefiero que me acompañes a casa – dije mirándolo
-De acuerdo – dijo el
Caminamos en silencio hasta llegar a mi edificio. Mire una bolsa que traía con él.
-Eso es para ti – dijo pasándomela
-¿Qué? –
-Gracias por entrenarme – dijo sonriendo
Abrí la bolsa y había un libro, el libro de poesía que me vio comprando aquella vez. Sonreí.
-Gracias – dije mirándolo
El abrió un poco su boca y sonrió.
-Me has sorprendido, tu rostro se ilumino – dijo sonriendo aún mas
Me acompaño hasta la puerta de mi departamento. Saque las llaves y la puerta se abrió.
-Gracias por acompañarme – dije mirándolo
-No es nada – dijo el
-Tu chaqueta – dije mirándolo
-Tranquila, me la devuelves el lunes – dijo besando mi mejilla y desapareciendo de mi vista luego de entrar al ascensor.
Cuando entre estaba Valentín sentado en el sillón con su rostro serio.
-¿Por qué has llegado a esta hora? – dijo molesto
-Tu… - dije siendo interrumpida
-Ese muchacho te ha traído hasta la casa ¿Quién es? – dijo el
Sonó el timbre y abrí la puerta. Era Al, Valentín se puso a mi lado rápidamente y miro al muchacho.
-Marie lo siento he dejado mi billetera en la chaqueta – dijo el
Puse la mano en el bolsillo y saque la billetera, se la puse entre sus manos.
-Gracias – dijo Al
-¿Quién eres? – dijo Valentin molesto
-Soy un compañero de trabajo de Marie – dijo Al
-¿Trabajo? ¿Por qué la has traído a casa? – dijo mirándolo
-¿Qué tiene de malo? ¿Le preguntaste que le había ocurrido? – dijo Al algo irritado
-¿Qué? –
-Sabes aprende a cuidar a Marie – dijo Al molesto – si le llega a pasar algo será tu culpa
-¿Qué? – dijo Valentin agarrándolo de la ropa
En ese momento me puse frente a Valentin.
-Suéltalo – dije mirandolo fijamente
-Adiós Marie – dijo Al mirándome luego de que Valentin lo soltó
-Adiós – dije mirándolo – y gracias
Cerré la puerta y comencé a caminar a mi cuarto.
-Marie – grito Valentin
-Tú estabas ocupado con “tu amiga” – dije dándome vuelta
-¿Qué? –
-Cuando llegue tú estabas en la ducha y ella en ropa interior en el sillón – dije continuando caminando.
-Marie… - dijo el tomando mi brazo
-Déjame – dije mirándolo – ella dijo que después de la acción un baño era reponedor.
Me soltó y me saco la chaqueta de Al. Cuando vio como estaba mi camisa sus ojos se abrieron y yo me tape como mejor pude con mis brazos.
-¿Qué paso? ¿A eso se refería él? –
-Yo… ella no me dejo pasar y tú realmente eres un idiota –
-Yo no hice nada con ella –
-¿Qué hacía entonces en ropa interior? –
-No lo sé, cuando salí del baño ella estaba con su ropa –
-Idiota – dije molesta – por tu culpa… casi…
-¿Casi qué? – dijo irritado
-Casi abusan de mi – dije aguantando mis lagrimas
En ese momento él se sentó en el suelo.
-Idiota ¿Por qué nunca puedes decir que no? –
El me miro.
-¿Qué? –
-Tú la dejaste pasar y ella me dejo fuera de mi casa por tu culpa – dije irritada
-Lo siento – dijo el
-Siempre lo sentirás, pero nunca harás algo – dije molesta
-Una cita – dijo el mirándome
-¿Una cita? – dije algo molesta
-Yo…te hare olvidar eso malo, solo te pido una cita – dijo el
Lo pensé, el parecía bastante serio.
-De acuerdo – dije caminando a mi cuarto nuevamente.
-Debo ir a dejar unos papeles a la casa de mi padre, nos juntamos en la fuente que está a dos cuadras de aquí a las doce.–
-De acuerdo – dije entrando a mi cuarto.
Me acosté en mi cama y me quede dormida de inmediato. Cuando me desperté por la mañana vi en mi mueble tres libros que eran los que me debía el algo en mi corazón se sintió más cálido y sonreí, de seguro maduraría un poco más.
Cuando ya estuve lista para ir al lugarde encuentro me sentía algo feliz, esperaba una sorpresa, pero la sorpresa fue otra dieron las dos de la tarde y él no llegaba, ni contestaba su celular. Esperaría cinco minutos más, eso me lo repetí más de quince veces ¿Qué me pasaba?. Nuevamente se había burlado de mi.
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El Contrato
Ficção GeralMarie y Valentin dos muchachos completamente opuestos se encuentran gracias a una cita a ciegas, ambos quieren deshacerse de lo que sus padres quieren para ellos, unidos solo para ser libres de su familia y hacer su propia vida. ¿Como acabara todo e...