Efectivamente. Los cambios eran una bazofia. Al menos así era cuando habían demasiados planes detrás de ellos. Mientras más se planea un acontecimiento, más frustrante es cuando este no resulta como lo acordado. JiMin se sentía apenado por SeokJin, al final, no todos los días te aumentan el triple la cuota del alquiler. Excusas, querían que se vaya. De igual modo, alguien crédulo o con dinero de sobra en los bolsillos desearía esa habitación de cuatro paredes.
El rubio, de raíces oscuras que comenzaban a brotar, sintió una pena incalculable por su primo. Una semana entera recorriendo todo Seúl con el fin de hablar con el administrador ¿Para qué? Sin los desdichados dirían que es una cuestión de "consecuencias de mantener el mismo precio por dos años de un mono ambiente codiciado por la zona céntrica". Oportunistas.
JiMin tampoco asentó del todo su nueva casa. Pensándolo bien, lo más probable sería que viviría con SeokJin durante un tiempo hasta que este encuentre, ante todo, un precio razonable para su estadía en la capital de país. El mayor se conservaba terco en hallar un lugar antes de causar molestias, no obstante, JiMin estaba convencido en no dejar que la situación lo supere.
Con un carácter obstinado y todo, la cama y armario de SeokJin estaban en su nuevo departamento. Amplio, incluso para dos personas. Era largo y espacioso, un baño cómodo con bañera e incluso un espejo que llegaba hasta la altura de su cintura. La habitación permitía la entrada de dos camas y un placar. No, en la mente de JiMin no cambía el hecho que SeokJin se alquilara otra mini habitación compacta.
Lo más probable era que su compañero llegase en horas, por lo que optó por sacar parte de las cosas que faltaban en su equipaje. No acomodaría todo de repente, además, le faltaba su propio armario y cama. Ciertamente, anticipaba poder tenerla en los próximos días; era incómodo dormir con alguien de hombros tan anchos.
Las cartas de SooBin estaban en una caja artesanal, unidas a un listón transparente y fino. JiMin atesoraba esos textos como pocos objetos en la Tierra pudieran ser atesorados, así que lo menos que podía hacer por ellos era mantenerlos impecables y ordenados.
El muchacho de delicadas manos, no pudo evitar morderse los labios al sentirse tentado por leer una de las cartas. Al contrario de unos cuantos, JiMin no creía en el horóscopo, no obstante, creía fervientemente en las palabras de SooBin. Solía tomar una carta al azar y leer el primer fragmento que se cruzara por sus ojos. Creía que las palabras de su querida Lee SooBin lo llevarían por buen camino, así que sin dar demasiadas vueltas, tomó con una frágil delicadeza una de las cartas en sus pequeñas manos.
《Pero tal vez este cambio aguarde algo positivo.
Sonrió cuando leo sus cartas ¿No es eso suficiente? 》Era un ritual de fortuna, una rutina de seguridad, un protocolo de buen augurio o como se quiera llamar, pero el joven no podía evitar releer toda la carta una vez que repasaba el fragmento. Habiendo empatizado con la jovencita, pensó, diferente a las anteriores veces que había leído esa misma carta; si SeokJin tendría a alguien que lo aliviara como él tenía a SooBin. O tal vez, si SooBin tenía a alguien que la amparase en momentos de angustia como ese.
Sabía que no era así.A veces, ese fino y gastado papel le causaba impotencia, quería estar para ella en todo momento. Quería ampararla cuando sufría por problemas que una joven de quince años no debía pasar. Con tantas cargas, su espalda habría dolido. Imaginar que tuvo que pasar por todo eso sola, le recordaba lo inútil que lo hacían la distancia y el tiempo. Amar a alguien con esos factores como obstáculos, solo inmortalizaba lo pequeño que era en comparación de la enorme existencia misma.
La prudencia de JiMin al sostener una de las cartas era majestuosa. Siempre disonante y con sentimientos contradiciéndose. Estaba en Corea, quería que la euforia predominara mientras buscaba su meta. Aun ahogado en la emoción de imaginar conocer a la familia de la chica quien amaba, dejó su tesoro en la cama para abrazar su pecho y reír en el suelo del regocijo y la ansiedad. En esas cuatro paredes, y cuando de ella se trataba, él era el ser más frágil y romántico que había pisado la Tierra.
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Promise paradise ᵐⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱ ˣ ᵖᵃʳᵏ ʲⁱᵐⁱⁿ
Fanfic𝑳𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒔𝒕𝒓𝒐𝒆𝒎𝒆𝒓𝒊𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒕𝒆 𝒅𝒊 JiMin recibió la primera carta de Lee SooBin a los 13 años. La conoció y descubrió todos sus defectos y virtudes en sus palabras, encontró en ella amparo y consuelo, y se enamoró de su ex...