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"Mi hermano era el típico chico popular de su facultad, siempre rodeado de amigos y lindas mujeres, se hacía querer fácilmente ya que tenía un gran carisma y simpatía, era bueno en los deportes e inteligente.En fin, el orgullo de mis padres y futuro médico de la familia.
Y yo era todo lo contrario, no me interesaba tener amistades, ni buenas calificaciones, solo causar problemas y vivir el momento, debo admitir que a veces me causaba envidia porque quería ser como él.
Mi hermano siempre estuvo ahí, dispuesto a estrecharme su mano, a pesar de que muchas veces lo evité y buscaba pretextos para pelear con él ...
Una vez en medio de una de mis tantas borracheras quise pelear para pasar el rato, lo vi divertido, buscaba sentir esa adrenalina y vi ante mis ojos a mi hermano entrar en la pelea a defenderme, el sabía muy bien que yo fui el causante del conflicto, pero nunca me acusó ante nuestros padres, siempre cuidaba de mí, casi siempre se buscaba problemas por mi culpa, me regañaba y me daba buenos consejos, pero al final del día nunca puse en práctica lo que me decía.
Recuerdo el cumpleaños número 23 de mi hermano, no tenía nada para darle, tuve el tiempo suficiente para ahorrar, pero nunca lo hice.
Solo le dije unas palabras que él nunca había escuchado de mi boca.
"Hey bro, feliz cumpleaños...yo sé que te causo problemas pero quiero que sepas que eres el mejor amigo y hermano que puedo tener, te amo mucho, nunca lo olvides".
Sentí un silencio incómodo porque él no decía nada.
"¿acaso dije algo vergonzoso?" pensé.
Cuando sentí un fuerte abrazo, de esos que te quieren romper los huesos, vi sus ojos llenos de lágrimas.
Mi hermano esa noche no dijo nada, su expresión alegre al oír mis palabras lo dijo todo.
Hasta que una tarde pasó lo impensable, fue el día más negro de toda mi vida, mi madre recibió una llamada donde le decían que mi hermano murió en un accidente automovilístico, fue la escena más triste y desgarradora, mis padres decidieron donar sus órganos, yo hasta ese momento no había podido derramar una lágrima, por más que quisiera no podía soltar ese dolor que me consumía.
Pasados unos días, entré a su habitación, vi una foto de ambos cuando cumplió años, estaba bajo su almohada y en la parte de atrás tenía una descripción "El momento más épico de mi vida, mi gran hermano por primera vez me dice te amo, sin lugar a dudas el mejor regalo que pude recibir, gracias bro, me has hecho muy feliz".
Rompí en llanto, ese día lloré como nunca.
"¡Hey bro, juraste que siempre estarías para mí, sal de esa tumba a cumplir tu promesa, que será de mí si no te tengo, ahora quién me dará consejos, esta casa está tan vacía como mi corazón sin tu presencia!".
Mis gritos y lágrimas no tenían fin, saqué toda esa tristeza acumulada que tenía por dentro.
Después de casi un año de su muerte, muy a menudo visitaba su tumba, aún no podía superar la pérdida de mi hermano, caí en depresión y me arrepentí de no haberle demostrado mi cariño y admiración, hasta que una tarde vi a una mujer frente a su tumba, me acerqué a ella y pregunté :
¿Quién eres? A lo que ella me pregunta.
¿Eres Sebastián, el hermano menor de Juan?
"Si soy yo", respondí...
"Encantada me llamo Ana".
Agarró mi mano y la puso sobre su pecho, y me dijo:
"No te sientas triste por mi partida, no tienes la culpa de nada, recuerdas cuando me dijiste que me amabas por primera vez, fue el día más feliz de mi vida, ahora lo dices casi a diario frente a mi tumba, y me entristece verte así, quiero que seas feliz.
Por favor bro, no te estanques y haz algo por mí, sé un buen muchacho, pórtate bien, estudia, no consumas drogas, no busques conflictos porque ya no estoy ahí físicamente para defenderte y sé un buen profesional, alcanza tus sueños, es el mejor homenaje que puedes hacer por mí, siempre estaré para ti, esa promesa la cumpliré".
Sorprendido y con lágrimas en mis ojos le pregunté a esa chica.
"Quién eres y por qué hablas como mi hermano?"
Te dije que me llamo Ana y este corazón que late es de tu hermano, él salvó mi vida, aquí está ante ti una parte de él, no sé por qué, pero tengo muchos recuerdos tuyos y siento que te amo profundamente.
Tu hermano quiso que te dijera esas palabra y me mandó ante ti como su reemplazo."
Ese día entendí que la conexión que tenía con mi hermano va más allá de la muerte, derribando creencias.
Hoy en día soy médico cirujano, y es muy satisfactorio cuando salvo una vida.
Cada vez que entro a la sala de cirugía persivo un olor a fragancia y sé que es mi hermano apoyándome.
Todo se lo debo a él, EL MEJOR HERMANO QUE PUDE TENER.
Hoy soy un buen padre, buen hijo, buen amigo y buen esposo.
Si preguntan ¿con quién me casé ?
Me casé con Ana, digamos que fue amor a primera vista.