Mi hija desapareció hace tres meses. Fue algo horrible. Mi esposa lloraba desconsolada, mi madre sufrió un paro cardiaco. Y yo, yo me empeñé en encontrarla. Le pedí a mi hermano menor que me ayudara, pero, indiferente ante todo como siempre, creo que no le interesó. Bueno, tenía sus propios problemas, drogas, alcohol, y mujeres. Después de diez días sin hallar nada, la policía la encontró, desnuda, magullada, y con 7 puñaladas en partes vitales de su cuerpo. No lo soporté. El mundo se me hizo mierda. Sentí que morí en vida.
A unos días del funeral, un informe que no había revisado decía que habían encontrado drogas en su cuerpo, es decir que ella había sido drogada antes de ser ultrajada y asesinada. Cuándo supe esto, pensé en mi hermano, pues, talvez él conocía gente relacionada a esas cosas y podríamos encontrar al culpable.
Cuándo fui a verle, él estaba muy nervioso, y hasta tartamudeaba al responder. Parecía haberse estado alistando para salir. Cuando subí a su habitación, vi que había empacado sus cosas, estaba "huyendo". Entonces cuando él se fue al baño, abrí su maleta y entonces encontré un cuchillo ensangrentado envuelto en un trapo. Al observarlo bien, descubrí que aquel trapo, era un top violeta, top con el que mi pequeña había salido el día antes de desaparecer.
¡Mierda! ¿Tuvo algo que ver? Mientras le increpaba, él no sabía explicarse y solo atinó a golpearme para defenderse. Entonces decidí hacerlo. Le arrojé al suelo y golpeé su cabeza contra el piso, hasta dejarle inconsciente. Llamé a la policía para que le arrestasen, pero mientras más veía ese top, más rabia me daba, entonces terminé lo que ya había comenzado. Fui a la cocina, cogí un mazo de carne y con él acabé con mi "hermano". Mientras le daba con el mazo una y otra vez, recordaba cuando éramos niños, y pensaba en mi niña, y me preguntaba cómo había podido hacerle eso a mi bebé. Éramos familia. Cuándo la policía llegó, yo estaba bañado en sangre, sentado en las escaleras, y al subir, encontraron el cuerpo de mi hermano, con el cráneo aplastado y reventado en sangre.
Mientras me subían al coche patrulla, escuché cómo un agente le decía al que me llevaba, que además del cuerpo de mi hermano, habían encontrado el cuerpo de un hombre con el cuello rebanado en el sótano de la casa. Un drogadicto, conocido de mi hermano, un porfiado vicioso que tenía en los bolsillos de su abrigo la ropa interior y mechones de cabello de mi bebé.
Mi hija desapareció hace tres meses. Fue algo horrible. Mi esposa lloraba desconsolada, mi madre sufrió un paro cardiaco. Y yo, yo me empeñé en encontrarla. Le pedí a mi hermano menor que me ayudara, pero, indiferente ante todo como siempre, creo que no le interesó. Bueno, tenía sus propios problemas, drogas, alcohol, y mujeres. Después de diez días sin hallar nada, la policía la encontró, desnuda, magullada, y con 7 puñaladas en partes vitales de su cuerpo. No lo soporté. El mundo se me hizo mierda. Sentí que morí en vida.
A unos días del funeral, un informe que no había revisado decía que habían encontrado drogas en su cuerpo, es decir que ella había sido drogada antes de ser ultrajada y asesinada. Cuándo supe esto, pensé en mi hermano, pues, talvez él conocía gente relacionada a esas cosas y podríamos encontrar al culpable.
Cuándo fui a verle, él estaba muy nervioso, y hasta tartamudeaba al responder. Parecía haberse estado alistando para salir. Cuando subí a su habitación, vi que había empacado sus cosas, estaba "huyendo". Entonces cuando él se fue al baño, abrí su maleta y entonces encontré un cuchillo ensangrentado envuelto en un trapo. Al observarlo bien, descubrí que aquel trapo, era un top violeta, top con el que mi pequeña había salido el día antes de desaparecer.
¡Mierda! ¿Tuvo algo que ver? Mientras le increpaba, él no sabía explicarse y solo atinó a golpearme para defenderse. Entonces decidí hacerlo. Le arrojé al suelo y golpeé su cabeza contra el piso, hasta dejarle inconsciente. Llamé a la policía para que le arrestasen, pero mientras más veía ese top, más rabia me daba, entonces terminé lo que ya había comenzado. Fui a la cocina, cogí un mazo de carne y con él acabé con mi "hermano". Mientras le daba con el mazo una y otra vez, recordaba cuando éramos niños, y pensaba en mi niña, y me preguntaba cómo había podido hacerle eso a mi bebé. Éramos familia. Cuándo la policía llegó, yo estaba bañado en sangre, sentado en las escaleras, y al subir, encontraron el cuerpo de mi hermano, con el cráneo aplastado y reventado en sangre.
Mientras me subían al coche patrulla, escuché cómo un agente le decía al que me llevaba, que además del cuerpo de mi hermano, habían encontrado el cuerpo de un hombre con el cuello rebanado en el sótano de la casa. Un drogadicto, conocido de mi hermano, un porfiado vicioso que tenía en los bolsillos de su abrigo la ropa interior y mechones de cabello de mi bebé.