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❝ —Mami siempre tiene la razón pequeño niño, tú tienes la culpa de sus penas.


La bolsa de su madre rebotó en el sofá antes de caer al suelo.

Acababan de llegar del hospital donde se encontraba Imasu y estaban muy cansados.
El castaño había entrado en coma y estaba luchando por su vida, por lo que ahora todos sus familiares se turnaban para cuidarlo. No querían que Joselyne enfermara también, así que la acompañaban.

Sin embargo, aún con el cansancio Magnus tenía hambre. Por lo que la señora Bane se vio obligada a hacer la cena aunque sólo quería dormir.

Acomodó la vajilla sobre la mesa y puso las servilletas en sus lugares, ambos se sentaron a la mesa y esperaron al señor Bane para empezar a cenar.

—¿Por qué papi tarda tanto? —se quejó Magnus —. Alec y yo tenemos hambre.

—Algún asunto de la oficina —respondió Batari no tan segura —. Iré a su despacho, a lo mejor allí dejó alguna nota.

Su madre se levantó de su asiento y fue al despacho de su padre.

El castaño vio como su madre subía tranquilamente las escaleras, mientras abrazaba a su muñeco. Esperaba que su mami no encontrara el secreto de su papi, porque si lo encontraba probablemente le quitarían a su Alec.

Magnus jugó un rato con sus manos sobre la mesa, vió la comida hambriento y se preguntó por qué su mamá tardaba tanto.

Subió las escaleras, sosteniendo la mano de Alec para que éste no cayera, tal cómo lo hacía su madre con él cuando era más pequeño.

Al entrar a la habitación encontró a su mamá olisqueando el cuello del saco de su padre. Le parecía algo extraño así que preguntó.

—¿Por qué hueles el saco de papá? —su madre pegó un pequeño salto y puso su mano en su pecho tranquilizándose al ver a su hijo.

—Magnus, me asustaste.

—¿Está sucio? —preguntó el pequeño y la mamá asintió tallando con su dedo una pequeña mancha roja en el saco.

—Muy sucio —respondió doblando el saco y saliendo de allí —. Iré a lavarlo.

—¿Papá no vendrá?

—No Magnus, no vendrá.

—¿Por qué papi no vend-

Su mamá rodó los ojos y se dio la vuelta, interrumpiéndolo, harta de las preguntas del pequeño.

—¡Ya cállate! —le gritó —. Deja de hacer preguntas estúpidas y vete a jugar o algo. —bufó y siguió su camino, importándole poco que su hijo comenzara a llorar.

Limpió sus lágrimas temiendo ser regañado por su mamá y avanzó por el pasillo, olvidando los alimentos en el piso debajo. Ya no tenía hambre.

Había comenzado a llover, por lo que los insultos de su mamá no se escuchaban tras las paredes.

Subió las escaleras de madera y abrió lentamente la puerta del ático, con cuidado de no aplastar sus dedos al cerrarla.

Encendió la única lampara del lugar, pronto los insectos comenzaron a llegar hacia la fuente de luz.

Avanzó hacia el baúl, sacó sus vestidos, los esparció en el suelo y eligió el que le parecía más bonito.

Y en menos de cinco minutos, Magnus yacía frente al espejo. Admirando lo lindo que se veía con aquel vestido azul de mangas abollonadas y encaje dorado.

Aunque sentía que le faltaba algo.
Oh, claro; maquillaje.

Tomó el maquillaje que le había pedido prestado a su mami (sólo que sin que ella lo supiera) y comenzó a esparcir el polvo rosáceo en sus mejillas.

—¡Mira Alec, soy un principe! —dio una vuelta frente al muñeco.

Dirigió la mirada al reloj en la habitación y abrió su boquita sorprendido.

"Tic tac, tic tac"

Ya casi eran las diez y su madre iría a buscarlo para llevarlo a la cama.

—Si mami me ve así me va a regañar. —se dijo.

Tomo el borde de su vestido y se lo quitó para luego hacer lo mismo con el maquillaje.

Ahora se sentía feo. Ya no era más un lindo principe.

Un rayo iluminó la habitación e hizo a Magnus dar un pequeño salto desde su lugar. Tenía miedo. Siempre le habían asustado las tormentas.

Cargó a Alexander y se acurrucó junto a él, acostado sobre los disfraces en el suelo.

Sus párpados comenzaron a pesar y pronto se durmió, sonriendo ante los dedos que acariciaban sus cabellos.

Sus párpados comenzaron a pesar y pronto se durmió, sonriendo ante los dedos que acariciaban sus cabellos

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DOLLHOUSE (MALEC) (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora