Dolía como los mil demonios, pero dejé de hacerlo, dejé de amarte.
Hermione se tumbó sobre el gastado sillón de la Madriguera mirando el techo, su cabeza le daba y le daba vueltas a las palabras que Draco Malfoy le había dicho una semana atrás.
Una semana había pasado y ella seguía como una tonta pensando en eso cuando seguramente él vivía feliz de la vida con su mujer y esa vida de ensueño que había conseguido a lado de Astoria Greengrass.
Su estómago se revolvió ante los recuerdos del día de su intrusión en la Mansión Malfoy, recordaba la mano de Draco en la perfecta cintura de Greengrass, la delicadeza y ternura con la que la sujetaba, como si ella fuera una muñeca de porcelana que en cualquier momento fuera a romperse en mil pedazos, la sonrisa tan natural que le salía a él cuando ella decía algo, el tono de voz tan diferente que usaba para dirigirse a ella e inclusive la forma en la que sus ojos la miraban cuando esta hacía algo.
Apretó más el cojín sobre su pecho ante los desgarradores recuerdos de ese día y sin poder evitarlo a ese se le sumaban más y más: como las cartas de Malfoy a ella diciendo que había conocido el amor nuevamente, cuando Hermione llegó a su pedida de mano e incluso el día de su boda.
Una rabia desmedida le entró cuando la imagen de la radiante sonrisa de Astoria Greengrass llegando a la recepción de su boda llegó a mente.Hermione recordaba a la perfección como había llegado ella agarrada de su brazo, la sonrisa que decía que lo tenía todo, que ella tenía al mejor hombre del mundo a su lado y que jamás lo dejaría ir.
–¿En qué piensas?– cuestionó Harry con una ceja alzada al ver a su amiga apretar con fuerza y algo de odio la almohada entre sus manos.
–¿Eh?
Harry bajó el ejemplar del profeta de sus manos para ver a su mejor amiga con una ceja alzada, hizo la seña hacia sus manos, esta bajó la mirada a ellas y se dió cuenta que estaba apretando con tanta fuerza el cojín viejo que se le salían los hilos y el relleno comenzaba a ser visible, se levantó inmediatamente colocando el cojín en el otro extremo del sillón, Harry dejó el periódico en la mesa de centro para mirar a su mejor amiga con curiosidad.
–¿Qué te hace enfurecer tanto como para pagarla con ese cojín recién remendado por Molly?– cuestionó burlesco, Hermione le miró asustada, Harry se acomodó mejor en el sillón extendiendo sus brazos por el respaldo de este para mirarla con una enorme sonrisa en sus labios.–Así es, recién remendado, Molly te asesinará.
Alargó su mano para tomar el cojín y aventárselo con fuerza a la cara logrando tumbarle los lentes y que estos salieran volando del otro lado de la sala, Harry le miró con una cara de pocos amigos a lo que ella respondió con una sonora carcajada.–Alcánzamelos– gruñó de mala gana. Con una sonrisa la castaña se levantó del sillón para caminar hasta el rincón, los cogió con cuidado y regresó hasta donde su amigo para ponérselos en la mano, Harry los aceptó y se los colocó, una vez que todo volvió a ser claro ante él, se dirigió nuevamente a ella.
–Te he visto con la cabeza en las nubes últimamente.– confesó él, en un intento de hacerla hablar. Ella no dijo nada.–¿No me vas a preguntar desde cuando te veo así?– nuevamente no hubo respuesta de su parte, Harry chasqueó la lengua.–Vaya, vaya, ¿la serpiente te comió la lengua?
–Li sirpiinti ti cimii li lingui
Harry alzó ambas cejas al escuchar la estúpida respuesta por parte de su mejor amiga.–Tomaré eso como un sí.
–Tómalo como se te de la gana.– espetó duramente.
–¿Qué va a tomar como se le de la gana?– inquirió una tercera voz.
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Predestinados [PAUSADA MOMENTÁNEAMENTE]
Fanfic¿Cuánto tiempo necesitas para borrar a una persona completamente de tus pensamientos? ¿Qué haces cuando llegas al maldito punto en el que hasta la vida misma te recuerda su nombre? O cuando todos los malditos caminos te llevan a esa persona que romp...