Sus pasos se detuvieron cerca de un par de tulipanes blancos que sobresalían entre tantas flores que adornaban el lugar. Las nubes ocultaron al sol, llenando el jardín con sombra, pero aún así la traviesa al otro lado sonreía tan resplandeciente.
—Deje de escapar milady —sus pies se movieron con lentitud esperando que su dama desistiera de jugar al gato y al ratón.
—Tengo mis razones milord... —sin decir más se echó a correr al notar ese fuego arder en los ojos del azabache al escucharle llamar nuevamente de esa forma.
El sonido de sus zapatillas contra el pasto, agraciaban más aquella persecución que inició por culpa de un tema tan insignificante.
La dama se dirigió hacía el arco de rosas con intención de girar hacia la derecha y buscar salir de aquel laberinto y escapar hacia el resguardo de su residencia.
El ex ladrón, previendo lo que haría la joven, decidió acortar aquella descomunal distancia y de manera imprudente traspasar una de las barreras verdes de arbustos.
—¡La tengo! —gritó triunfal al abrazarla a tiempo y así frenar aquella escapada.
No obstante, su victoria duró poco cuando no midió su fuerza y terminó cayendo sobre el pasto, llevándosela consigo.
—Que equivocado está milord —cantó divertida la joven que yacía encima de él —Soy yo quien le atrapó.
Le jaló su corbata con suavidad y bajó su rostro para unir sus rojos labios con los sedientos del joven que tomó su derrota como una de las mejores victorias.
Sus nervios parecían crecer conforme en cada segundo transcurrido, recordaba aquellas dulces escenas que vivió con su traviesa lady.
Los inocentes besos que tomaban un ritmo más fuerte, para luego abruptamente detenerse con picardía, para luego iniciar el juego otra vez.
En una ocasión ella le dijo, que era de espíritu libre y no por aceptar que le cortejara dejaría de ser como era...y que su silencio no siempre demostraría desagrado.
Los invitados se movían cual marea sin darle razón a la sonrisa que se formó en el rostro del novio, quien decidió salir de donde quiera que estuvo escondiéndose para ir hacia el salón donde se llevaría a cabo la boda.
El secreto se guardó tan bien que, anexos a la pequeña cantidad de invitados, todo estaba tranquilo, la duquesa parecía complacida con los lujos descomunales que exigió, pues insistía en que el día especial de su unión debía resaltar de alguna forma.
Más bien la pareja sabía que a ella le interesaba mantener su estatus tan alto como se pudiera, mas no la felicidad de la joven lady.
Y como si solo una persona del montón se percatara de sus verdaderos sentimientos, el heredero a duque: Kouchirou Yuuki se acercó a él de manera sigilosa.
—Espero mantenga su palabra —directo como siempre —Le di una oportunidad, espero no la desaproveche.
Solo él conocía la verdadera historia que le unía con su lady, y aunque se ganó su confianza de manera limpia, no podía bajar la guardia.
—Haré feliz a Asuna —le aseguró —No dejaré que mi pasado interfiera —agregó a lo que el castaño asintió.
—Recuerde que mi amenaza va en serio —desvió su mirada a los pocos invitados.
—Y mi juramento no se romperá —atacó con la misma táctica —Ella y yo estamos destinados a estar juntos, después de todo caminamos sobre el mismo acantilado.
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Serás la Siguiente
FanfictionSer el ladrón más buscado en toda Inglaterra no le importaba. Solo quería divertirse, incrementar su colección de juguetes y disfrutar el momento. No contó con que en su atraco más sencillo fuera atrapado, no por quienes lo buscaban, si no por ciert...