Ni tú ni nadie.
Ni el columpio más alto,
ni la hostia más densa.
Y mira que lo intento,
pero la apatía se ocupa
y el espejo solo asiente.
No sé nadar.
Y los salvavidas me dan alergia.
Más cuando me miras el vértigo cesa
y el vacío se llena.
Pero no consiento el tacto,
pues tus yemas duelen
y el diástole deja a la sístole para arreglar tus baches y tapiar los poros.
Aún sin sentido ni coraje.
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Sinestesia
Thơ caSinceramente y a pecho descubierto, no vas a encontrar nada adecuado aquí. Nada sigue pautas ni tiene recortes fijos, mas ni yo sabría calificar semejante atrocidad. Así que si proceder quieres en esta autopsia, rogaría que agrandaras un poco el tór...