Escarcha

56 0 0
                                    

Era la noche más fría que había sentido desde cuerpo ajeno.

No tenia ni gritaba ningún miedo.

Iba con las luces fundidas y sin frenos,

el instinto me dominaba.

Y mendigar yacer entre tus curvas era mi mayor placer.

Me frené.

Pues no soy para ti,

ni siquiera he llegado a existir,

subsisto.

Y lo hago por mi,

por el frenesí,

la inercia.

SinestesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora