¿Has tanteado alguna vez un precipicio? -Me dijo mientras rozaba la yema de sus dedos por mis labios- no voy a decir que el mío fueron tus ojos, ni que me dejé caer por placer. Tampoco voy a echarle la culpa a la inercia, ni decir que era inevitable el sentirte. Que no necesito el tacto para hallarte y lo sabes, más que nadie. Que no me hacia falta quitarte la ropa para desnudarte.
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Sinestesia
PoetrySinceramente y a pecho descubierto, no vas a encontrar nada adecuado aquí. Nada sigue pautas ni tiene recortes fijos, mas ni yo sabría calificar semejante atrocidad. Así que si proceder quieres en esta autopsia, rogaría que agrandaras un poco el tór...