Prólogo: Contrato irrevocable

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La academia Otonokizaki era conocida por la buena formación de cada alumna que salia desde su tercer grado, tal vés no era prestigiosa o de fama mundial pero era una de soñar para muchas aspirantes, y mas al ser una academia de señoritas.

Muchas de las niñas eran realmente sacadas de sueños listas para ser agarradas por un caballero celestial en su corcel, pero ese no era él caso. Nunca lo seria.

Tal ves si habían muchos chicos que deseaban tener una novia de Otonokizaki pero nunca hubo un caso en donde alguno fuera aceptado si quiera a una cita. Con tanta frustración los niños esperaban encontrar la razón detrás de un casi cuento de hadas. No hubo comentarios o dudas al descubrir él porque del rechazo; Cada niña situada en ese lugar preferían tener de "un príncipe con corcel" a "una valerosa princesa con corcel".

Parte 1

Una tempestad era vista a primeras horas de la mañana en él camino hacia él establecimiento, una niña corriendo como si su vida tratase de ello.

—¡Maldición hoy me tocaba ser la encargada de la limpieza!— Expreso con exaltación la niña de cabellera negra.

Se maldecía mas y mas con cada paso, pero no podía culpar a nadie por su descuido ya que su madre la había despertado a la hora acordada, descuido suyo volverse a dormir. Aun le quedaban algunos minutos para que la campana sonara.

—Debo limpiar él pizarron o sino la maestra vera él garabato que hice de ella ¡Me matara si lo ve!

A grandes pasos su cansancio era lo ultimo de lo que quería saber. Acelerando sus pasos no se daba cuenta de que muchas otras estudiantes que caminaban tranquilamente fueron interrumpidas por su gran correr levantando muchas faldas en su transcurso.

—¡Kyah!— Era muchas de las palabras que gritaban las niñas al ver esto.

—¡Perdón pero tengo prisa!— Respondió al percatarse de cada acto pervertido que causaba la niña pelinegra.

Sin mas que decir dio marcha a su correr.

—Esa Nico realmente es un fastidio.— Dijo una de las voces que se acercaba viendo el espectáculo que causo. Era una alumna de la misma clase que la niña.

—Si realmente es un fastidio porque no te encargas de ella, ¿eh Eli-chan?- Preguntó su compañera que seguía detrás suyo.

—¡Mph! Solo mirala, es una niña.— Respondió.

—Tu también lo eres Elicchi.— Explicó un una sonrisa picarona a lo que su compañera no pudo mas que sonrojar frunciendo su ceño.

—¡No lo digo de esa manera Nozomi! Ella es como decirlo ¡Pequeña y débil! No puede hacer nada en clases y en educación física es la peor.

Por su parte su compañera así llamada Nozomi solo pudo soltar una sonrisa aún mas picarona al oír cada palabra proveniente de la rubia un poco de actitud difícil.

—¿Te gusta eh Elicchi?— Bromeó molestando a su amiga.

—¡N-Qué quieres decir! ¡Error!

La rubia al contestar solo pudo continuar con un sonrojo muy enojada.

—Vamos vamos Eli-chan todo esta bien— Con una palma en la cabeza de la rubia empezó a calmarla.

Cosa que funciono a medias.

—¿¡Y qué con eso de llamarme "Elicchi o Eli-chan"!?  ¡Suena muy raro!— Espeto la niña con mucha exigencia.

—Ya ya Elicchi.— Volvió a decir su compañera.

BABY SITTER /UmiNico\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora