III El Diablo si existe

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El diablo si existe

(Tercera parte)

Ya camino a su casa ella no habla, está con el ceño fruncido en señal de enojo y Alvaro todavía está con ánimo de seguirla seduciendo y en un cambio de velocidad de la palanca del auto se atreve a rozarle la pierna con la mano a lo que ella responde de inmediato - ¡¡No empieces mendigo grosero!! ¡¡por eso no quería venir contigo patán!!

Alvaro ríe y comenta - Disculpa, se me fue la mano cuando cambié velocidad.

Ella responde de inmediato - ¡¡se va ir un golpe a tu cara para la otra!!

Llegan a la casa de ella y se estaciona frente a la puerta, baja y camina para abrirle la portezuela, Elva piensa que a pesar de saberlo un patán le agrada su trato caballeroso aunque atrevido en ocasiones.

Baja del auto dirigiéndose a su puerta. Él la sigue admirando esa bella figura que no puede ocultarse bajo esa ropa, ella lo siente cerca y empieza a emocionarse , sabe que Álvaro puede hacer cualquier cosa, se acerca a la puerta, abre y antes de entrar se voltea, le dice a él

- Gracias por traerme, buenas noches

Lo mira a los ojos y queda atrapada en esa mirada mezcla de romance y perversión, esa sonrisa de él que tanto le agrada.

Álvaro sabe que está en el juego y decide apostar todo, se va acercando a ella, la toma por la cintura y le da un beso en esos labios ansiosos , Elva se resiste, pero termina cediendo enfrascados en esa pasión que parecía contenida por una represa y que estaba a punto de liberarse con toda su fuerza e intensidad.

Sus besos son tan intensos que sus lenguas se entrelazan, él la acerca hacia su cuerpo dejándole sentir la dureza de su miembro y aprieta esas nalgas tentadoras, Elva estaba aumentando su excitación y se atreve a apretarle su virilidad sobre su pantalón, tallándolo con la mano, no resiste más de esas caricias tan intensas y dice entrecortado por la excitación - ¡Pasemos a mi recamara!

-Alvaro hace sentir su fuerza dominante sobre ella y le dice :

-Hasta que yo diga lo haremos.

La lleva hasta la puerta y levanta su falda acariciándo entre sus piernas sintiéndo su calor y su humedad sobre su tanga, abre abruptamente su blusa y levantando el brasier de ella libera esos hermosos pechos turgentes, apetecibles, devorandolos a besos, chupandolos y dandole mordidas a los pezones.

Elva se sentía prisionera entre esa fuerza y caricias que la hacen delirar de placer , deseaba seguir ahí. Alvaro desliza sus dedos entre esa braga blanca y siente la suavidad, la humedad, separa esos labios dilatados y un dedo explora esa húmeda cavidad con movimientos certeros haciendola a ella gemir de placer, Elva estaba semidesnuda en la puerta de su casa, Alvaro detiene sus caricias entrando a la casa, cierra la puerta y se dirige a la sala, se sienta en el sofá y aflojándose el pantalón saca su firme masculinidad tomando a Elva por las manos acercandola a su firmeza y diciendo:

- Ven, acariciame con tus labios.

Elva se hinca acariciándole con sus manos de arriba hacia  abajo en su miembro y acerca su lengua pasandola por encima dejando sentir esas electrizantes sensaciones en el cuerpo de Alvaro, pasándolo parte por parte antes que sus labios lo devoren hasta sentirlo.

Ya impaciente desliza entre su boca esa firmeza haciéndole soltar a Alvaro un gemido entre jadeo, tomándola de los cabellos y moviendo la cintura la hace tenerlo cada vez mas dentro de su boca hasta que llega al limite y se lo saca de la boca, un extasiante placer entre ambos. Ella lo toma de lado y usándo los dientes da mordidas de dolor placentero, él se levanta y ella se a quitado la ropa quedándo solo en su diminuta y sexi tanga blanca que mostraba la humedad saliendo de ella, la empuja al sofá y jala con fuerza de su braga, abriéndole las piernas y las levanta dejando ver lo mojada que estaba.

Ardiendo en la manos de una DiablaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora