🄿🄰🅁🅃🄴 7

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Natasha Romanoff estaba acostada en una cama de la enfermería de la torre. Tenía el rostro pálido y estaba vestida con una bata blanca. En la cabecera de la cama había máquinas controlando sus signos vitales.

-¿Cómo sigue? -preguntó Clint. Había ido a tomar una ducha y tratar las heridas leves mientras los resultados de los análisis que le habían hecho a la espía estaban listos.

-No hay cambio significativo -la doctora Cho había sido llamada de emergencia hasta ese lugar-. Los demás están esperando, vamos, les tengo que informar a todos -la mujer cargó su tableta.

Se dirigieron a la sala donde los demás aguardaban. Allí,  Fury y Hill charlaban a un costado. Tony estaba acostado en uno de los sofás, con su cabeza en el regazo de Pepper. Thor y Banner estaban hablando sobre los poderes de Heimdall. Steve y  James observaban el paisaje a través del ventanal desde sus lugares en unos sillones un poco más alejados.

-Ya dinos las noticias, doctora-pidió Stark, al percatarse de la presencia del arquero y la mujer asiática. 

Steve se levantó del sofá, con el rostro serio. Le habían pedido que fuera a su habitación para cambiarse, pero él se resistió. Permaneció sentado allí afuera hasta tener noticias de la pelirroja. James no se había movido de su lado.

-Llevamos una muestra al laboratorio para hacerle pruebas. Saber la sustancia que se inyectó sirvió de mucho. Como saben, Natasha tiene un derivado del suero del supersoldado. Bien, al mezclar una muestra de sangre extraída hace semanas y un cuarto de dosis de epinefrina, descubrimos que el efecto esperado se presenta solo unos instantes para después ocasionar una baja notable en su función celular. 

-¿Eso significa? -preguntó María. 

-Que tardará mucho más en recuperarse. Ante la dosis inyectada, su cuerpo tuvo que decidir en regenerarse a velocidad anormal o  llenarse de energía -aclaró la asiática. Soltó un suspiro- Ella está muy lastimada. No creo que despierte pronto. 

El ambiente se volvió aún más tenso. No podían hacer nada para acelerar el proceso. En su lugar, Steven apretó los puños. Él era el culpable directo del estado de la rusa. Si él no la hubiera golpeado... Si tan solo...

-No te hagas esto -le pidió James con una mirada tranquila y la mano en el hombro. 

-¿Qué está sucediendo? -preguntó Clint, dándose cuenta de lo que sucedía entre los supersoldados.

-Entonces no hay nada qué hacer por ahora, solo esperar -lamentó Bruce. 

Barton ignoró el comentario, insistiendo en saber de lo que hablaban Steve y Barnes.

-Yo soy el responsable de su estado -confesó el rubio con la mirada baja-. Strucker hizo planes para intercambiar servicios de los soldados de la KGB por Natasha. Ellos querían grabarla en batalla... yo... 

Clint no midió su reacción y golpeó al capitán en el rostro. Steve no se movió ni un milímetro. Barton lo observó con furia mientras su mano comenzó a latirle. Había sentido que golpeaba una roca. 

Thor y Tony saltaron para mantener alejado al arquero. 

-Si él no hubiera luchado contra Romanoff, ella estaría peor -Barnes levantó la voz. 

-Déjalo -pidió el rubio-, es lo mínimo que merezco después de lo que hice. 

-Ella estaría en peores condiciones si se enfrentaba a mí o a cualquier otro. Natasha se resistió a defenderse o a atacar -explicó en dirección a los Vengadores. 

Todos quedaron en silencio. 

-¿Nos recuerdas? -preguntó Banner, interviniendo cuando Clint estuvo un poco más calmado.

El arma de HYDRA |Romanogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora