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Luego de que me propusiera casamiento mi hombre amado, habíamos decidido vivir juntos. Elegimos su departamento ya que era un poco más grande que el mío. Pensamos que compartir gastos sería algo que también ayudaría a ambos.

El tiempo realmente pasaba volando. Fue en un comienzo del otoño aquella muestra de amor y era en los siguientes dos otoños que decidíamos llevar acabo esta unión en papel. Aún no sé como hicimos para aguantar tanto, pero es de suponer que nuestro amor logró que esperemos un poco más.

Entonces... dos años ya habían pasado. Dos años que estabamos juntos, dos años de vivir juntos, dos años de locos. Todos los días desde que lo conocí, jamás me arrepentí de todo lo que pasamos. Porque claro, no era todo color de rosa. Las cosas muchas veces se complican por una cosa o por otra. Teníamos peleitas como toda pareja, pero cada una reforzaba nuestra relación, nos enamorabamos aún más luego de pedirnos perdón, besarnos y unir nuestros cuerpos, prometiendonos no separarnos nunca. Porque claro somos humanos, ¿Es que pensaban que no íbamos a tener muestro momento de ñiqui ñiqui? Ah se crean, y uf que se disfruta- BUENO PERO no es el caso contarlo, ¿O sí? No, otro día tal vez será.

Debo admitir que desde que habíamos puesto fecha, vivía ansiosa, me la pasaba comiendo y pensando en que aquél día no llegaba más.

Una semana antes de la boda, tenía dolores de estómago, casi no comía y por consecuente, bajé casi 3 kg. Por lo contrario Min, estaba tranquilo, pero muy feliz, claro que también yo lo estaba pero, demostraba más mis nervios y ansias.

—Amor mío, tranquila, ¿Qué es lo que te tiene tan nerviosa? —me tomó entre sus brazos.

—No sé. Es que... no, no sé. Porque estoy segura de que no vas a irte corriendo del altar y yo tampoco, solo debe ser que estoy ansiosa, no sé, no se nada Min —esta última frase la dije con la voz rota, con los ojos llorosos, a nada de quebrar.

—Mujer hermosa, mi mujer, futura esposa —acarició mi nuca y se quedó en silencio unos segundos— hagamos algo —lógró decir antes de que mis lágrimas salieran, me alejó un poco y me miró— ¿Que tal si esta última semana te doy un anillo todos los días?

—¿Co-como un anillo todos los días? No Min, no necesito que me malcries así, bastante con el helado de todos los viernes —sonrió.

—Hmm —pensó— bueno, entonces buscaré cosas para hacerte anillos, como por ejemplo... —miró alrededor de la casa y en voz baja moduló un "ah, sí". Se dirigió hacia la cocina y apareció después de unos largos minutos— ya, necesito que cierres los ojos —cerré los ojos con un poco de duda y tomó mi mano, deslizando por mi dedo meñique un "anillo"— ahora si, podés abrirlos.

Abrí primero un ojo y lo miré, para después observar mi dedo que llevaba

—Una tapa de gaseosa —lo miré incrédula

—Bueno, no se me ocurrió otra cosa —sonrió y negué con la cabeza, acarcandome a sus labios.

—Me encanta, gracias.

En los 7 días antes de la boda, me dió dos tapitas de gaseosa, un alambre, parte de un embudo, hilo y cinta adhesiva. Cualquiera pensaría "esto es algo muy tonto, ¿Por que no tomaba un té y se tranquilizaba?" Si, muy cierto, y no lo pensé, pero... Ahí estaba él para tranquilizarme. Esos 7 días mi cabeza pensaba en que iba a poner en mi dedo, y siempre me sorprendía un poco más.

Después de tanta espera, aquél 18 de septiembre llegó, el día en que pondría mi vestido blanco largo, el día en que usaría maquillaje y un peinado elegante. El día en que sería Kim Chaeyoung, esposa de Kim Minseok.

—Noona, ¿Estás lista? —preguntó Sehun mirando a través del espejo— estás preciosa —sonrió con los ojos vidriosos.

—Ah, no empieces que tengo un maquillaje super hermoso —bromee— Sehunnie, ¿Sabes? Me veía casada con min desde la primera vez que me di cuenta de que me gustaba —el menor rió— no te rías, en serio —hablé entre sonrisas, avergonzada.

My Universe | [KimMinSeok] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora