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—Baby i'm falling for you... I love you, our love is true —canté en voz baja al compás de mi lista de reproducción. ILY sonaba, The Rose si que me gustaba.

La noche estaba tranquila. Diciembre llegaba y con él, olas de frío. El tiempo realmente volaba y las estaciones cambiaban con el paso del tiempo.

De un momento de frío pasé a sentir unos cálidos brazos a mi alrededor, un rostro se asomó sobre mi hombro. Sonreí con los ojos cerrados, sintiendo su dulce perfume.

—¿Podrías repetir esa parte de la canción?

—¿Que parte? —hablé mientras me acomodaba mejor entre sus brazos.

—Uh, esa que recién cantabas, empezaba con baby.

—Baby i'm falling for you... —canté mirándolo a los ojos.

—I love you —pronunciamos juntos, dedicandonos miradas de puro amor. Acaricié su rostro.

—Realmente te amo, mi hombre ojos de gatito.

—También te amo Chae.

Unimos nuestros labios y así pasaba otro beso, de esos que tanto me gustaban, de los que me volvían locq. Aquellos que tenían sabor a menta y de vez en cuando, a café. Pero esta vez, el lazo era más fuerte, y cada uno lo manifestaba con pequeños pero hermosos gestos de amor.

Luego de aquella llamada melosa, terminé rápido mi turno, y prácticamente corrí hacia mi departamento. Me di un baño y esperé a que llegara Minseok.

Mientras lo esperaba decidí poner música y tranquilizar mi corazón. Cada día mis sentimientos crecían más y más. Haciendo que mis órganos se descoloquen, mi estómago tenía puro revoltijo, mi cabeza solo pensaba en él y mi corazón... Mi corazón quería salir de mi pecho siempre que su nombre escuchaba.

Y fue allí, cantando Baby, cuando sus brazos llegaron a mí. No mentía cuando decía que lo amaba, ese hombre logró derribar los muros que tenía a mi alrededor.

Al terminar nuestro pequeño beso, me llevó de la mano hacia la cocina para comenzar nuestra labor de preparar la cena.

Por lo visto hoy sería ramyeon, y realmente eso sonaba delicioso.

—Huele tan bien... Hace mucho no comíamos fideos instantáneos —reímos.

—Es verdad Chae, lo simple es más rico y, parece que las sorpresas son aún más gratas de recibir con un panorama así —sonrió.

En ese momento no lo había entendido, me pareció solo algo para decir y ya.

La cena pasó rápido y sin palabras, si que había hambre, diría mi madre.

Levantamos los utensilios ulitizados, los llevamos al lavabo y fuimos al sillón.

Min se encontraba de espaldas al apoya brazos y yo entre sus piernas, apoyando mi espalda en su pecho, ambos mirando a la ventana, tapados para soportar un poco más el frío.

Pasamos unos escasos minutos en silencio, hasta que tomé la palabra.

—Min, ¿Estás bien? —hablé volteandome.

—Si, claro ¿P-Por qué?

Conocía bastante a este muchacho y sabía que al estar nervioso solía no hablar, tensar la mandíbula y cuando me abrazaba, no tomaba mis manos, porque las tenía sudadas. Y pues, así estaba él. Y BUENO SE INTENSIFICABA PORQUE AHOOORA, TARTAMUDEA EL SEÑOR.

—Es que, eish, tus tics de nervios —sonreí

—¿¡Quééééé!? —reí a carcajadas. Seguido pude ver su sonrisa.

My Universe | [KimMinSeok] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora