Caminare junto a ti

Capítulo 21: Seriedad al Cien

Narra King:

King: Elizabeth dijo que estaría aquí -dije mirando aquel enorme edificio frente a mí-

Flashback...

Elizabeth: ¡Diane se desmayo de pronto y aún y con mis habilidades en la medicina no pude ayudarla! -expresó desesperada-

King: ¿Dónde está ahora? -pregunté preocupado-

Elizabeth: En el hospital al Este de Liones. Cerca de la frontera de la capital

Fin de flashback...

King: Estamos...muy cerca Diane... -pensé sin dejar de mirar el imponente edificio que tenía frente a mí-

???: ¡Debes estar jugando! -un grito frustrado llamó mi atención-

?1?: ¡Que no! ¡Estoy seguro de que ella está aquí! -esa voz preocupada fue lo que provocó que volteara-

King: ¿Quién...? -al voltear no podía ver lo que me encontraba-

Kelemen: ¡¿Cómo fue que acabó aquí?! -le gritaba a su hermano mientras iban acercándose a la puerta del hospital-

Urías: ¡Ya te dije que sólo vi que se desmayara! ¡No vi nada más! -decía mientras trataba de seguirle el paso al que iba su hermano. Rápido y preciso-

Kelemen: ¡Maldita sea! -expresó acelerando más el paso-

Urías: ¡Kelemen espera!

Cada vez se acercaban más a la puerta, más a mí.
Urías prácticamente trotaba para seguir a Kelemen, mientras que él se veía que sólo caminaba rápido.
Era de esperarse, Kelemen era uno de los universitarios más atléticos de la universidad Capital Liones. Otra escuela dirigida por el Director Baltra, y a la que pertenecían grandes aspirantes a increíbles profesiones en toda Britania.

Conforme se acercaron gire mi cabeza hacia el frente, pero cuando Kelemen paso justo a lado de mí su mirada y la mía se encontraron por un segundo. Aunque parecieron minutos.
Su expresión de enojo y desesperación fueron en contra de mi expresión de tristeza y confusión. Una batalla que nadie ganó, pues el siguió su camino sin antes fruncir el ceño al verme...

Urías: ¡Kelemen vas muy rápido! -seguía igual, detrás de él-

Narradora:

En un cuarto, cerrado, frío, vacío y aclarado; los ojos de una castaña se abrían con pesadez, con suavidad.
Miraba para todos lados, aunque sus ojos no estuvieran del todo abiertos...

Diane: ¿Dónde...estoy? Es el hospital, pero ¿qué hago aquí? -se preguntó a sí misma sin entender lo que pasaba-

En eso escucho gritos viniendo del pasillo. Alguien discutía, y esa voz se le hacía conocida...

Doctor: ¡Mu-muchacho no puedes entrar! ¡La paciente no ha despertado!

Kelemen: ¡Va a ver como le hablo y se despierta! ¡Esa Idiota debió de haber hecho algo para que se pudiera así! ¡Pero me va a oír ahora!

Los pasos iban cada vez más rápido, acercándose a la puerta y la chica sólo esperaba a que entrarán. Porque estaba segura de que entrarían.
Fue de repente que se abrió con brusquedad la puerta y vio a Kelemen molesto. En eso llegó Urías por detrás...

Urías: ¡E-en serio lo siento mucho! ¡Es sólo que mi hermano es un poco Imbécil a veces! -se disculpaba avergonzado con el doctor. Un hombre más bajo que yo, de cabello negro con canas a los costados y una bata blanca con un portapapeles en mano-