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Ya no me digas que me amas, por favor.
No sabes cuando me hace sentir mal esas pequeñas palabras con gran significado. No digo que no me haga sentir bien. Es algo agridulce.
Podría llorar mientras sonrío al escucharte. Pero un momento después, la sonrisa desaparece y llega la tristeza a acompañarme, de nuevo.
Lloro cuando ya no me escuchas, cuando no me ves.
No tienes ni idea de las veces que me eh odiado por sentirme así de mal, porque debería sentirme bien, ¿no?
Ya ni siquiera puedo escucharte hablar, porque no puedo evitar llorar, aunque no lo notas, nada se nota cuando estas detrás de un teléfono. Me esfuerzo demasiado para que no salga ningún sollozo y aguanto la respiración para que la escuches entre cortada.
Hablo susurrando, porque así no se escucha mi voz rota.
Todo esto lo causan dos simples palabras.

Sentimientos Abstractos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora