I - Belleza Interesada

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—No entiendo qué tiene de especial...

—Por supuesto que no lo entiendes. Aun eres un niño y preferiría que se quedara de esa manera... ¿Rojas?

—Todos dicen que soy un niño. No es justo... Y es aburrido ¿Como puedo entenderlo si no me dejan?

—Porque eres un niño. Deja de serlo y quizá considere permitir que ocurra. Hasta entonces, Jimin, estás mejor jugando entre tanta ninfa... ¿Me queda bien?

Hizo un puchero de lo más tierno al mirar a otro lado. Rió antes de abrazar al muchacho de cabello esponjoso y rosa. El gesto de Jimin no hizo más que acentuarse ante el gesto del más grande. Tenía las ganas de quitarle la corona de flores para que dejara de burlarse de él—Jin también es malo. Creí que serías el único que me apoyaría—. Resopla inconforme, incluso ofendido

—Te apoyo a que crezcas y tengas más de un amante, pero para eso tendrías que vestirte un poco más. Cuando eso pase incluso podría considerarte para acompañarme. —ronronea en gesto afectuoso. Casi cae al frente de cara por como la otra persona fue arrebatada de entre sus brazos.

—No te le acerques y no lo toques. —gruñe el hombre de cabello largo y quitón blanco junto a un himatión con elegantes decoraciones a los bordes. Jimin suspiró exasperado y Jin rodó los ojos.

—Deberías considerar dejar a tu hijo crecer, Jeonghan. A este paso el pobre morirá aburrido.

—No necesita a nadie más... Vamos, encontré un sitio donde crecen árboles rosa. —informa con una sonrisa cariñosa y actitud por demás consentidora. Jimin asintió efusivamente antes de ir con él.

Jin se vio en el reflejo del lago. Tenía en la cabeza la corona de flores rojas que Jimin hizo. Algunas veces su tío Jeonghan -Deméter-, es tan asfixiante con el pobre Jimin -Kore-, que le da pena. Al menos un poco, admite que es lindo tenerlo así. Poco vestido usando ese peplo flojo, andando de un lado a otro como un niño y "siempre" disponible para ayudar a arreglarse y verse bien para sus encuentros con Kai -Ares-.

Admite que tiene una atracción leve en consecuencia a la piel que exhibe Jimin, nada muy importante o que merezca mencionarse. Los vírgenes son demasiado peligrosos si le preguntan, sin embargo, el detalle es que también ha sentido esta atracción por otro Dios en las mismas condiciones.

Uno que entrena mucho; lee mucho y cero dedicación a la satisfacción personal del modo en que la conoce: Namjoon -Atenea-, Dios de la Sabiduría, guerra y civilización... un aburrido y impotente. Diría que frígido solo por molestarlo. Le gustaría encender un poco de chispa en él, que sea menos... Exhibido y por ende, menos virgen.

O nulamente virgen... Ustedes entienden.

Suspira jugando con el agua, ojalá fuera fácil convencerlo, casi ni parece hombre y dios ¿Quien en su sano juicio lo puede rechazar? Es Jin -Afrodita-, Dios del amor carnal, la belleza... ¿¡COMO!? Quizá ese rechazo nunca sentido por otro de su clase le provoca morbo en cierta forma y una pregunta muy urgente en respuesta... ¿Sabe qué es el amor?

Es un conocimiento que no puede adquirirse más allá de experimentarlo. Por eso es tan complicado y pocos pueden entenderlo. Entre ellos, él como Dios del amor -carnal-, y siendo padre del dios del Amor -romántico-. Su pequeño Sehun -Eros-, que debe estar jugueteando por ahí. Es un tanto travieso e incluso puede que esa naturaleza pueda serpentina de ayuda en estos momentos que quisiera experimentar algo un poco nuevo.

— ¿Estás ocupado? —sonrió con aire coqueto a quien ve en el reflejo del agua. Al levantarse fue tomado con prontitud de la cintura para luego dar un suave beso a los labios del dios de la guerra.

Wisdom of Love | NamJin || Book 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora