Wisdom of Love | NamJin || Book 1#

IV - Belleza Celosa

Se hizo costumbre ir a hablar con Namjoon durante sus tiempos de lectura en el templo. Escucharlo recitar poesía es muy bello. Algunas son dirigidas a él específicamente y no hay cosa que lo haga sentir más halagado que un gesto así. Oda a su belleza, su cuerpo, su poder, a todo y vaya que lo hace agradecer que los poetas sean los mayores mentirosos. Namjoon hablaba desde un espectro tan sexual que se creería que eso lo hizo Hoseok.

No el virgen que no sabe nada.

El poeta mayor, el mentiroso más grande de todos por iniciar la mentira. Juh.

Sea como sea, se sorprendió de ver a Jiyong -Poseidón-, en el Olimpo. No es tan extraño, pero siempre suele tener un motivo y le da curiosidad saber qué es lo que lo impulsó a venir. Lo siguió con sigilo y casi le da un infarto encontrar que estaba dándole regalos... A Jimin. Este los aceptaba con incomodidad y sonríe nervioso por los gestos del dios del Mar. Es extraño que el pelirosa esté solo ¿Dónde están las ninfas? ¿Y Jeonghan?

Decidió buscar ayuda pues no considera que por sí solo pueda ayudar de mucho. Con prisa llegó al templo se Namjoon, quien parecía salir de una conversación. El dios de la sabiduría mantuvo la extrañeza en sus facciones por verlo tan agitado y preocupado. Jin tomó aire al tiempo que se acomoda su ropa y relame sus labios.

—Jiyong está cortejando a Jimin.

— ¿Qué?

—No lo sé. Está solo y se están acercando demasiado al templo. Jimin no está cómodo con las insinuaciones y a este paso será un abuso que en lo personal no puedo dejar que sea así.

Namjoon asintió antes de ir junto a Jin al templo de Jiyong. En un área circundante que encontraba el par. Jimin tenía una pinta de querer huir, pero no lo hace por puro respeto a Jiyong que le habla. Namjoon parecía poco sorprendido por la escena a diferencia de Jin; como si ya estuviera esperando algo así, lo preocupada, pero a su vez entiende las razones tras esto.

—Estoy seguro de que los hipocampos te fascinarían.

—He leído que son muy bellos; tan grandes que puedes subirte a su lomo—menciona con tono soñador y una distancia considerable. Jiyong se aproximó repentinamente y con cierta brusquedad. Jin se alteró prontamente.

Jiyong no es un dios que aguante lo erótico por mucho tiempo. Es hosco y a la más mínima insinuación reacciona. Sin mencionar que no aguanta bien los rechazos. Recuerda cuando Jiyong estuvo persiguiendo a Jeonghan por cielo mar y tierra; hasta que finalmente lo atrapó convertido en caballo para esconderse. No imagina a Jimin siendo tan chiquito y puro con... Un animal como él.

Apoya el crecimiento de Jimin, pero la idea fantasiosa de que sea junto a alguien a quien pueda amar lo mueve más. No un cortejo repentino y de acorralar. Jimin no quiere ser raptado*. Eso está claro.

—Distráelo. Se te da mejor que a mí. —indica Namjoon. Jin sonrió coqueto antes de darle un beso en la mejilla derecha.

— ¡Jiminie! —Llama de modo cantarín. Se acerca de modo casual con Namjoon apenas un paso tras él—. Desconocía la buena compañía. —Menciona con gesto coqueto. Jiyong obtuvo dureza en su expresión.

Es obvio que lo molesta haber sido interrumpido en su asunto.

—Me Halagas, Jin.

—muy pocos cuentan con ese lujo—su cercanía es innegable. Su impaciencia se demuestra fácil. Jin mantiene la actitud y más aún, logra que sus prendas escurran con relativa facilidad para mostrar más piel de la que exhibe a cualquiera fuera de su templo—. Has estado siempre en esa pequeña lista.

—Eso es un alivio.

— ¿Y bien? ¿Jugar con un virgen? Donde hay diversión en eso. Solo es-