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We don't deal with outsiders very well
They say newcomers have a certain smell
Yeah, trust issues, not to mention
They say they can smell your intentions

•Heathens - twenty-one pilots


No fue nada en específico lo que lo despertó. Ningún ruido ni luz. Más bien era una sensación, como cuando sabes que alguien te está mirando, pero no puedes identificar quien.
No importaba como, estaba seguro de que ya no estaba solo en su casa.

Bill se quedó un momento más en la cama, mirando el techo, preguntándose si de verdad pasaba algo o si había sido su insomnio lo que lo había despertado. No podía dormir bien desde que Frankie había estado enferma, pero esta vez se sentía diferente.

Su primer pensamiento, fue que alguien estaba intentando robar la farmacia. Era improbable pero posible. Painswick era un pueblo chico en donde todos se conocían con todos – con muchos primos segundos y demás en común – pero también había habido crímenes, si no por parte de los mismos habitantes, por parte de forasteros.

Bill se levantó sin hacer ruido y tomó el arma al lado de la cama. La pequeña farmacia estaba en la planta baja, y aunque las grandes empresas farmacéuticas ya habían reemplazado el %90 de los negocios familiares, el pequeño pueblo seguía respetando sus tradiciones, así que la farmacia tenía productos para sus leales clientes.

La entrada principal estaba oscura y silenciosa, pero pudo escuchar un pequeño susurro de movimiento en las estanterías detrás del mostrador, lejos de la caja registradora. Bill sintió por primera vez en la noche rabia hacia quien había irrumpido en su santuario – probablemente un drogadicto buscando mercancía.

Bill observó la silueta del extraño en las sombras, notando como nunca le daba su espalda a la puerta principal ni pasaba frente a las ventanas, y hasta pudo darse cuenta como, tan solo por unos segundos, sus movimientos se detuvieron, casi como si hubiese sentido a Bill. Esto último fue el punto decisivo – definitivamente no era ninguno de los jóvenes del pueblo buscando drogas.

Puso el rifle a su hombro y prendió la luz. El extraño se volteó. Era una mujer – joven, demasiado joven – de pelo rubio y ojos azules que Bill pudo ver detrás de la pistola con que lo estaba apuntando.

"Yo no lo haría si fuera tu" Dijo Bill.

La extraña no contestó, sus ojos fríos e impenetrables evaluando las posibles rutas de escape. Aunque delgada, se notaba una cierta elegancia y precisión en sus movimientos que Bill solo había visto en su tiempo en el ejército. Sus ojos estaban claros y alertas, y su mano no había temblado en ningún momento – claramente no era una drogadicta en busca de narcóticos. Quizás era alguien desesperado por dinero, o que necesitaba lo suficiente para continuar viaje.

Las manos en el rifle nunca dudaron "Suelta la pistola y manos arriba"

Eso le consiguió una mirada feroz. La extraña se estaba comenzando a enojar, y Bill sintió un escalofrío por la espalda.

De repente la joven suspiró, bajó sus brazos y con cuidado depositó la pistola en el suelo, todo sin quitarle los ojos de encima. Se volvió a enderezar, con sus manos arriba como él había ordenado, "Supongo que no me creerías si te dijera que estaba buscando el baño"

"Oh, se perfectamente lo que estabas buscando"

La rubia casi sonrió "Las cosas no son siempre lo que parecen, ¿No tienes ni un poco de curiosidad?"

Pero cuando Bill estuvo a punto de responder, se sintió un ruido afuera, como un disparo – aunque probablemente haya sido el caño de escape de algún auto que justo pasaba por allí. Abruptamente sorprendido, el dedo que estaba en el gatilló se tensó y una bala salió despedida.

The Sound of Silence ✖️ Avengers [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora