Inglaterra, cuna de grandes héroes, y reino de bellas doncellas y nobles caballeros, atravesaba por su peor y loca temporada. Donde tres bellas damas habían rechazado tres ofertas de matrimonio muy ventajosas. Aquí la historia de esta hilarante para...
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Historia de Anne Lucía.
Miss Anne Lucía Taylor era una muchacha muy linda, de noble carácter, generosa, buena, educada, y con muchas dotes artísticas. Solo tenía un problema: era muy tímida. Le costaba hablar con nobles caballeros. O mejor dicho cualquier persona de sexo opuesto. Incluso le daba vergüenza hablar con su propio padre. Su madre, la Sra. Taylor, había muerto por la fiebre escarlata hace 5 años. Ella ya había sido presentada hace 3 temporadas y a la edad de 18 años por su tía. Y en todas las temporadas no llego a llenar las expectativas de los varones al no encontrar respuesta a sus conversaciones. Ella hasta era muy tímida para contestar hasta un saludo. Haciéndose fama de altanera y orgullosa. Pero esto se acentuó más al rechazar inesperadamente al conde Hamilton en la fiesta de los Caleginhm.
— ¡Todo el mundo está hablando de ello Anne!— gritó con impotencia Mr. George Taylor al entrar al comedor.
Silencio.
— ¿No dirás nada Anne?—odiaba la timidez innata de su hija.
Silencio otra vez.
— ¡Maldición hija! ¡debes dejar esa estúpida actitud! ¡estoy cansado de que no me hables! —gritó esta vez su padre lleno de coraje e ira, todos sus conocidos estaban burlándose de él. No podían creer que su hija, su única hija hubiera rechazado a un conde ¡un conde muy rico interesado en su torpe y estúpida hija!
Silencio nuevamente.
Anne siguió guardando silencio y suspiró al fin tranquila cuando su padre se retiró molesto después de terminar su desayuno ¿Cómo podía decirle que no era estúpida su actitud? Qué realmente le costaba hablar con un hombre. ¿Qué se supone que iba a decirle? El conde la interceptó justo cuando iba a la toilette. Ella se asustó y quiso alejarse pensando en que era algún depravado, que quería comprometerla. Y es que había escuchado tantas historias escalofriantes de parte de Elizabeth (sí, ellas eran buenas amigas) qué quiso alejarse de él inmediatamente, y cuando hizo aquello, el caballero en cuestión la sujetó de la muñeca y le dijo que la amaba. Ella obvio se quedó en shock. No lo podía creer. ¡Si ella no lo conocía!
Se pudo a llorar en ese instante; cuestión que hizo que el hombre la soltara asustado por sus lágrimas. Y más aún con verla correr despavorida luego. Ella no le había dado un sí, ni tampoco un no. Pero el verla correr asustada y en un lugar público y ser visto por otras damas que vieron todo. Dio a pie a un sin fin de exagerados comentarios. Donde decían que ella lo había rechazado burlándose de él. Otras versiones, donde él quiso propasarse con ella robándole un beso. Y en otras más descabelladas, donde ella lo había bofeteado. Mentiras sin sentido y aumentadas con el pasar de los días. La vida de Anne estaba ahora arruinada, ¿cómo miraría a sus amigas a los ojos de nuevo? y más aún, ¿cómo tomaría todo esto el conde Hamilton?
—Él debe odiarme —sollozo al fin ella cuando llegó a su alcoba.
***
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