"NO ME VEAS . . ." || Kimetsu No Yaiba & Tú [Male] ||

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Dato como siempre antes del cap

El nombre del cuervo de Akemi es "Kiki" el mismo le puso el nombre solo porque cuando era una cria no sabia decir bien su nombre y a cambio de eso le decía "Kiki".

(No piensen que es en referencia a mi, ¿Okay? Que yo no me llamo kiki XD)

Sigamos uwu.

Después de que me separé de Tanjiro y Zenitsu no tuve de otra que seguir el camino que me indicaba kiki aunque antes de seguirlo tuve que volver a casa por mi uniforme, al parecer por lo que me ha informado mi cuervo es algo importante.

-- Me pregunto que sera...--Dije para mi mismo mientras sostenía con mi mano la espada Nichirin-- ¿Crees que deba llevarla? --Pregunte mirando a mi cuervo el cual estaba jalando de mi uniforme para que nos fuéramos rápido.

[ . . . ]

Luego de tanta insistencia de parte de mi cuervo llegamos a la sede de los cazadores de demonios, no había nadie, todo se encontraba en un completo silencio, tan tranquilo.

-- Kiki, ¿Seguro que era aquí? No veo a nadie esperándome o algo. --dije mirando algo confundido a mi cuervo.

-- ¡Caw! Yo nunca me equivoco --Hablo en alto alzando sus alas, parecía algo enojado-- Te están esperando a dentro, ¡Tonto! --Luego de ese insulto se separo de mi para luego irse.

Vaya que los cuervos tienen muy mal humor. Pensé mientras observaba a Kiki ir en dirección contraria de donde veníamos.

No me quedo de otra mas que entrar, después de todo nunca me dijo quien necesitaba de mi presencia.

Al entrar note que no había nadie hasta que de una de las habitaciones salio Hinaki quien se acerco a mi haciendo una reverencia.

-- Que bueno volver a tenerlo con nosotros joven Kawaguchi -- Habló Hinaki con una pequeña sonrisa-- Oyakata-sama lo esta esperando.

Sus palabras me sorprendieron, no esperaba que fuera él quien me necesitara, quizá me lo hubiera esperado de Amane pero del Patrón.

-- Claro, Hinaki. -- Dije sonriendole de igual forma para luego despedirme de ella.

Desde que me uni al cuerpo de los cazadores de demonios me mantuvieron como un secreto, nadie podía saber de mi existencia, ni siquiera los pilares sabían de mi y siguen sin saberlo a pesar de que soy uno de ellos.
Kagaya-Sama me acogió como parte de su familia, aunque en un principio fue algo difícil, me terminaron aceptando.

-- Oyakata-sama. --Hablé abriendo la puerta haciendo una leve pausa.

Estaba nervioso, hace mucho que no lo veía y no tenia ni la mas remota idea de que decirle en cuanto lo viera o peor aun, ¿Que me diría él a mi?

Trague saliva y me abrí paso en la habitación sin pensarlo mas.

-- Aquí estoy como pidió.
Dije acercandome para luego arrodillarme ante él mirando el suelo.

-- Akemi, me alegra que vinieras -- Hablo él con su tono tan suave y pacifico-- Ha pasado tanto tiempo, Veo que ya no eres el pequeño niño que una vez encontramos.

Sus palabras me hicieron sonreir, era cierto, desde que me separe de él nunca mas nos volvimos a juntar hasta el día de hoy, justo ahora.

-- Si, Usted tan solo un joven de 16 y yo un mocoso de 8 --Solté una pequeña risa levantando la mirada.

En su rostro pude notar aquella maldita marca que cada vez iba abarcando más en su rostro. Verlo de esa manera me destrozo por completo, sentía culpa por no haberme quedado a su lado y haberlo ayudado.