Capitulo 2

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Ver el amanecer es una de las cosas de la vida por las que estoy dispuesta a desvelarme.

Es difícil pensar en todo lo que podría salir mal cuando ves algo tan perfecto.

Saliendo de mi ensoñación, regreso a mi alcoba, decidida a continuar con lo que he empezado.

Tomo el bolso que he empacado, me coloco mi capa y salgo lo más silenciosamente posible de la habitación. Cuando llego a la puerta de Tadha, saco una de las cartas de la bolsa y la deslizo por debajo de la puerta. Lo mismo hago con la de Mikol.

Es un riesgo dejarles una nota de despedida, pero no podia tolerar la idea de irme sin despedirme y decirles cuanto las aprecio.

Los pájaros cantan de forma alegre esta mañana y silencian un poco el ruido de mis pisadas por el patio.

Cuando llego a la cocina me doy cuenta de que mi sincronización fue perfecta. La encargada esta recibiendo la leche, lo que me da tiempo para meterme al cuarto de servicios.

Allí esta el shoot de la basura.

- Empieza lo asqueroso.

Me regaño mentalmente por haber hablado. Debo ser totalmente silenciosa.

Aseguro la bolsa para evirta perderla en la inmundicia, meto las piernas y sin pensarlo dos veces me dejo caer.

Jamas habia pensado cuanta porquería producimos, hasta que caí en ella.

Sin peder tiempo en el autocompadecimiento, salgo de el contenedor, identifico la reja de la alcantarilla, y con un poco de esfuerzo, la abro y salto.

Corro lo más rapido que puedo. Todo esta oscuro, humedo y huele a que me voy a morir si no me apresuro.

Al llegar a una ramificación escucho del lado izquierdo voces.

Este era uno de mis temores.

Había escuchado hablar de aquellos que moraban en la oscuridad de los acueductos, de hecho habían sido forzados a vivir allí, aunque no sabia porqué. Cual fuera la razón no podía quedarme a averiguarla, tengo que seguir moviéndome.

Sé que no llegare a la ciudad hoy, o por lo menos no creo que pueda, pero debo ser lo más rápida posible y avanzar lo que más pueda.

Un hedor terrible me golea de repente y segundos después me tropiezo con algo grande y blando.
Tengo una clara idea de lo que puede ser. Me agacho y miro más de cerca con lo que me he topado y mis temores se confirman.
Era una muchacha bonita, su vestido esta lleno de sangre y barro. Tiene un corte horrible en la garganta.
Aunque quisiera, no puedo curarla y eso me hace sentir minúscula e impotente.
Nosotras tenemos un gran poder, pero también tiene limitaciones. Una de ella es que no podemos resucitar a alguien que a muerto. Podemos curar heridas letales, que podrían detener la muerte de alguien pero nunca podemos traerlos de regreso una vez que hallan muerto.
Tampoco podemos curar heridas emocionales, es algo que está más allá de nuestro alcancé, aunque muchas veces es el que más nos gustaría tener.
Me recuerdo a mi misma que tengo que avanzar.
Dejando a un lado el triste cadáver me dispongo a continuar hasta que un pequeño destello dorado capta mi atención.
Inclinándome de nuevo, me doy cuenta que algo quedo sujeto en su mano, incluso después de la muerte. Algo en mi grita que esta mal que me quede, pero estoy segura de que no hay nadie cerca, así que abro su mano y saco rápidamente el medallón que hay en ella.
Oigo un ruido detrás de mi.

Y de repente corro.

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