Después de conocer a Gus, el esposo de Marbeth, me deshice de todas mis dudas .
Más tarde cenamos estofado y algo de pan casero. Hacia mucho que no comía algo así.
.....................................................................................................................................
Todas nosotras tenemos una marca, que varía de tamaño y de lugar, aunque la mayoría la tiene en la mano. Nacemos con nuestras respectivas familias pero , a medida que crecemos, nuestros poderes se van desarrollando y toman fuerza, hasta que un día actúan. No podemos controlar cuando o con quien se activaran.
Mis poderes se activaron cuando tenía siete, lo cual para muchos es una edad tardía y algo difícil para instruir ya que hemos visto lo que hay afuera y nos hemos encariñado mucho más con nuestras familias.
Recuerdo estar sentada en el jardín, en medio de un montón de margaritas. Mi hermana, Mel, y yo nos gustaba pasar el tiempo allí mientras hacíamos coronas de flores para la otra. Margaritas para mi y rosas para ella.
Mi hermano menor, Curt, había estado jugando en un árbol todo el día, siempre lo hacía. Adoraba ese árbol.
Algo paso. No recuerdo exactamente que, pero él terminó en el suelo.
Recuerdo que extendió su mano mientras me abalanzaba sobre él.
Toco justo sobre la piel de mi esternón.
Sentí una punzada fuerte que ignoré de inmediato. Lo cargué y lo lleve dentro. Para cuándo llegue a donde se encontraba mi madre, ya lo había curado completamente.
Notaron mi cicatriz al día siguiente y me llevaron a Diinlev inmediatamente.
Marbeth me ofrece una habitación y me dice que va a prepararme un baño.
Es una suerte que mi cicatriz no se vea, me sería un inconveniente.
Ya en el baño, me restriego con fuerza para quitarme todo el barro y la inmundicia que tengo encima.
Suelto la trenza que recoge mi largo cabello y lo lavo diligentemente.
Me han dejado una bata de dormir junto a un espejo de cuerpo completo.
Me hecho un vistazo.
No se porque esperaba ver un cambio en mi cuerpo.
Mis ojos color avellana se ven cansados y mi cabello es un lío castaño que me llega hasta la cintura.
Por todo mi cuerpo puedo ver heridas y magulladuras. Si quiero mantener lo que soy en secreto tendré que dejar que se curen por sí solas, aunque se vean horribles en mi pálida piel.
Me coloco la bata de dormir y me acuesto mientras cepilló mi cabello. Es algo que me relaja y me permite dormir mejor.
Oh al menos, casi siempre.
Me levanto empapada en sudor y con una mano en el hombro.
- Ni una palabra.

ESTÁS LEYENDO
Healer
RomanceEn Zembrock todo se ha vuelto corrupción y ambición. Hasta los corazones más puros se ven endurecidos por la maldad que los rodea. Para Ambrose el tiempo se acaba. Tiene un objetivo claro, aunque no es el más honroso. Todas las healers al perder su...