Capítulo 7 No hay nada que perdonar

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03 de Junio 2019

17:32 p.m.

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Cuando amas, no dañas.
Cuando dañas, el karma vuelve
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Mi cabeza repetía la misma frase, que en este tiempo me decía a mí misma, para que mi corazón no estallara de dolor.

Debo de parecer patética, todo el tiempo es lo mismo.

Lo mismo.

Siempre era el dolor y la rabia que me guardaba. Pero era imposible, inaudito esperar , que mi propio cuerpo soportará todo lo que hoy pase, lo que hoy destruyó la pequeña esperanza que tenía.

Con la cabeza agachada, sin ver a donde realmente estoy siendo llevada, lo más seguro es a mi caza.

Una a una , cada lágrima resbala en silencio, y a pesar de escuchar las diferentes preguntas, no las respondí. La fuerza en mi voz desapareció y dudo que vuelva en unas horas. El nudo en mi garganta, que apenas mi saliva pasaba por allí era tan frustrante

Todo es frustrante hoy.

Lo odio, lo odio por no poder dejar de pensar en él, lo odio porque me ha dejado sola, sola , cuando el me prometió amor , cariño y estar conmigo en los buenos y malos momentos. Lo odio por ser la única persona que entró a mi vida como un rayo de esperanza. Destruyó todo a su paso, dejo caos y temor en mi corazón, que no sanará con palabras.

.....

Las chicas dejan de hablar al notar que no les di importancia cuando hablaron de ropas,  cunas y mantas.

Creo que no estoy bien, mentalmente.

— Ámbar ¿Andas bien? — Hago una mueca con mis labios dando la respuesta. — Tendremos que verlo nosotras, ¿Te parece? — asiento sin mirar a nadie.

— Quiero descansar... Hablamos más tardes — Fue lo único que pude decir — Por favor, pueden llevarse a las niñas y Alexis de la casa. Quiero estar sola, al menos por unas horas — Alana me abre la puerta de mi habitación para que pase, Liliana me ayuda, tomándome de la mano derecha y mi espalda.

— Claro... Volveremos a las 22:30 p.m. ¿Te parece? — Levanto mi pulgar para que se calmé y salgan de aquí.

No quiero escuchar ni hablar con nadie. Me tomo mi vientre para caminar.
Me recuesto en mi cama dejando de lado las sandalias que traía puestas.

— Nos vemos — Tras unos minutos, la voz de mis hermanos hacen acto de presencia en el cuarto, el eco me molesta. — Nos llamas ¿Si? — miro a la puerta y ellos no han entrado.

De seguro, Liliana o Leila le han dicho eso. Acomodo la almohada bajo mi espalda y pelvis para estar acordé y sin dolor ahí.

— Vengan — Les llamo para que se acerquen a mí. Apenas les sonreí — Quiero que vayan con las muchachas, porque me siento... — me costaba decir las palabras — Me siento muy mal ¿Bien? — Mis hermanas limpiaron mis lágrimas que caían sin parar por mis mejillas — No me siento bien, quiero estar un rato sola. No haré nada tranquilos, solo quiero reflexionar sola, pensar todo y estaré mejor. Hoy, fue un día... Muy doloroso — Con mi manga de la manga larga me limpio mi nariz — Les contaré, o tal vez los chicos les cuente, no tengo la fuerza de repetir lo que hoy me tiene así ¿Bien? — Ellos asiente — Perdóname — Digo a mi hermano — Perdón a todos porque me vean así, pero estaré mejor , necesito este tiempo, necesito estar en paz, sola. — Mis hermanos sin decirme nada, se levantan de la cama y me sonríen.

— Está bien — Las niñas me dan un beso en cada mejilla y se salen del cuarto, siguiendo la voz de María. — Nos vemos hermanita — Me da un beso en la frente limpiando mis lágrimas y sale del cuarto.

Manipulado por mi Secretaria © [COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora