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—¿Es hoy?

—¿La princesa llega hoy?

Los murmullos de los habitantes del reino era lo que se escuchaba en las calles y hogares. Desde que el sol apareció todos estaban felices y ansiosos por la princesa que iba a contraer matrimonio con su amado rey.

Los rumores decían que era una hermosa mujer, que su rostro y cuerpo habían sido hechos como a mano por un excelente escultor, que se ha dedicado toda su vida a esa obra, hasta que quede perfecta, sin imperfección alguna.

El príncipe heredero al trono, Castiel, hace unos cuantos días se había convertido en rey siendo así, la máxima ley sobre el reino de Xhamin, uno de los pueblos más ricos y poderosos del país debido a la minería. Por lo que sería una total burla que un hombre de su nivel no tenga a su lado a una digna esposa con la cual gobernar.

Belmont, rey y padre de su futura esposa de nombre Debrah había viajado por varios días para hablar con él y ofrecer la mano de su hija, para así unir a sus dos reinos y formar uno solo, ya que su reino de nombre Fseth, era rico en agricultura y ganadería, juntos podrían llevar a otro nivel las riquezas de ellos como las de sus pueblos.

Castiel aceptó, y aunque la muerte de su padre seguía siendo un misterio que iba a descubrir con el tiempo, el consejo de su tierna madre y de su consejero real Lysandro lo ayudó a tomar esta gran responsabilidad.

Castiel aceptó, y aunque la muerte de su padre seguía siendo un misterio que iba a descubrir con el tiempo, el consejo de su tierna madre y de su consejero real Lysandro lo ayudó a tomar esta gran responsabilidad

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Castiel se encontraba frente a su gigantesco espejo. Sus dedos siendo adornados de varios anillos  símbolos de la realeza desde su tatarabuelo hasta él.  Anillos de oro puro y piedras preciosas marcaban la responsabilidad que tenía con su amado pueblo.

No había podido dormir la noche anterior, una pesadilla le había impedido cerrar tan siquiera sus ojos nuevamente. 

Solo tenía veinte años, y ya era rey, y ahora en unas cuantas horas más estaría comprometido para llevar un nuevo título; esposo.

Estaba cerrando su camisa con delicadeza cuando unos varios golpes en la puerta hicieron que parara su acción.

—Pase—su voz, gruesa y profunda, se escuchó con un eco característico que resonaba en la grande y vacía alcoba.

Sin dejar de mirar su reflejo sintió la puerta abrirse y los pasos que ya se los sabía de memoria se acercaron a él.

—Perdón por entrar sin previo aviso su majestad—su consejero y mejor amigo se inclinó de espaldas a él.

Castiel se giró poniendo una de sus adornadas manos en el hombro de aquel hombre—Lysandro, he dicho que dejes la formalidades, eres más que un sirviente aquí, eres mi amigo y un hermano para mi.—Lysandro asintió poniéndose recto para mirar a su rey—¿Necesitabas algo?—preguntó dando media vuelta para seguir vistiéndose. 

—Así es mi lord, su madre está ansiosa por verlo, no ha contraído sueño en la noche, varias de sus concubinas intentan ataviarla para la llegada de la princesa pero se niega a seguir cualquier cosa que se le diga, de su boca salen solo palabras de necesidad por su hijo.

Amante「casthaniel」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora