6. Fiebre

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Lo primero que vió al despertar fue la cabellera pelirroja de su mejor amigo, quien tenía una pierna casi colgando de la cama. No sabia si ahora que habia llegado a ese lugar  tendría problemas por meterlo a su departamento. Dispuso a irse sin despertar al peligro de amigo que tenia; siempre se involucraba a pesar de que al principio lo alejara, él siempre terminaba convenciendo a quien quisiera.

Cuando llegó a la escuela el mitad albino ya estaba sentado en su lugar pero parecía estar perdido en su mundo al menos hasta que se sentó a su lado.

-Oye Bakugou no sé que te haya dicho mi hermano pero si te hace algo sólo dímelo. ¿Quieres trabajar conmigo? Puedo pedirle a mi padre que te camb...

-Déjalo no quiero- no queria sonar tan grosero a pesar de serlo, definitivamente no era eso lo que quería pero si  le daba una explicación  con rodeos tendría que dar más explicaciones.

-Lo siento no era mi intención no te ofendas- el mayor volteó la cara que estaba un poco roja se sentía acalorado.

-Oye...- No salieron más palabras sólo había dicho esa palabra en voz baja y luego su subconciente lo calló, no tenía que encariñaste con nadie y aunque esa tarea era algo fácil de cumplir el medio albino tenia algo extraño que lo hacía quedarse cerca,  en parte  era raro por que sólo habían pasado unos días de conocerlo. Las clases transcurrieron pero el mitad pelirrojo se había quedado recargado en la mesa como si tuviera mucho sueño, en ese tipo de casos los maestros generalmente le llamarían la atención pero no podían darse el lujo de quedar mal con un alumno que superaría su estatus de manera abrumante en el futuro.

-Oye mitad y mitad vamos afuera tenemos que comer- no hubo ninguna respuesta, lo que no parecía raro, no al menos hasta que agitó su brazo y el otro soltó un pequeño quejido. -Oye bastardo que tienes- habló en voz baja acercándose a su cara, estaba roja, en cuanto vió eso sintió un poco de desesperación ¿Cómo no se había dado cuenta? Tocó su frente la cual estaba ardiendo, retiró su mano y salió corriendo del salón, vió una máquina expendedora de bebidas y compró algunas, corrió de nuevo hacia el lugar de Todoroki e inmediatamente lo cargó poniendo encima de su cuello las latas frias, corrió de nuevo cargándolo con mucho cuidado hacia la enfermería. Lo acostó sobre una cama, la efermera se sobresaltó un poco cuando Katsuki le gritó, claro que no se había dado cuenta de que su tono de voz era muy elevado debido a la situación, si, había elevado aun más su tono de voz y eso asustó a muchos, nadie sabía como lo había logrado pero definitivamente  podía gritar aun más fuerte. Habían pasado dos horas y su tempatura alta había bajado considerablemente. Se habían perdido sólo dos clases así que ya después investigaria en libros.

-Bakugo...- un pequeño suspiro se escucho a su lado Todoroki había despertado- lo siento- su mano sotenia la camisa de Bakugou como si agarrar esa prenda le hiciera sentirse con seguridad. Lo dejó estar así hasta que llegó de nuevo la enfermera entonces el de ojos rubí se retiró. -Tienes un amigo muy raro pero se nota que te aprecia mucho- no entendía lo que la mujer le decía- no puedo creer que me gritara tan desesperadamente y luego se quedara tan quieto durante dos horas cuando vió que estabas mejorando.

"TRANQUILO TODO ESTA BIEN"

Eso fue lo único que alcanzó a escuchar después de que sintió que lo cargaran. Teniendo eso en mente volvió a dormir.

Para cuando Bakugō llegó a su trabajo el pelinegro lo observaba muy divertido. Pero no le dijo nada no hasta que llegó la hora del almuerzo. -Vamos Katsuki tengo mucha hambre- no le había importado correr hasta donde estaba Bakugou que había salido de su lugar de trabajo con una rapidez impresionante. No sabía como había llegado tan rápido hasta él si se suponía que había caminado más rápido de lo normal con el fin de evitar comer con ese sujeto.

SUPEDITAR (TODOBAKU VS DABIBAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora