C A P Í T U L O 34

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P E R S P E C T I V A
J U N G K O O K



— Sabía que volverías.— Rió mientras limpiaba una mesa.— Nunca me equivoqué cuando te dije que no ibas a lograr nada.— Mi padre me lanzó el trapo a la cara mientras yo permanecía inmóvil mirando al suelo con los puños cerrados.— Bueno, algo si lograste... fracasar.— Fue como si me estuviera dando una paliza, el dolor que sentía era el mismo.

— No te quedes ahí quieto e intenta hacer algo bien por una vez en tu vida.— Esta vez me gritó mi madre la cual tenía el mismo carácter que mi padre.

Me tiró de los pelos y me llevó hasta el fregadero. Allí estuve limpiando absolutamente todos los cubiertos que tenía el bar, incluido los que ya estaban limpios. Terminé a las tantas de la noche y con miedo de ser asesinado me atreví a preguntar.— ¿ D-Dónde voy a dormir?—

Ambos se rieron al unísono.— En el suelo.—

— P-Pero hay un sillón en el que puedo dormir perfectamente.

— Me temo que no.— Dijo mi padre mientras tiraba un cubo de agua sobre este dejándolo completamente empapado e imposible para dormir sin cogerte una pulmonía.

Me mordí al lengua para no responderles porque sabía que siempre saldría perdiendo yo. Me recosté en el frío suelo y utilicé una sudadera para taparme y una chaqueta como almohada. Las lágrimas no tardaron en salir, lloré toda la noche en silencio, pensando en la vida que me esperaba de ahora en adelante y también en lo mucho que echaba de menos a mis amigos del pasillo Jimin, Jin... y Taehyung, de él no me había olvidado ni un segundo.

Toda una noche reflexionando me hizo decidir que tenía que hacer algo con la gente de la residencia. Abrí el chat de Jin.

Jungkook:
Hola, necesito que me hagas
un gran favor. Me encuentro
bien, estoy con mis padres en su
restaurante que está en Busan y se llama Dionysus. No quiero que nadie más
se entere de donde me encuentro, no
quiero que estén preocupados por mí.
Sigan viviendo la vida tal y como era
antes de que yo llegara, de verdad
que no quiero que paren toda la felicidad
porque yo ya no esté allí.
Espero verte algún día otra vez hyung! — 9:47

Y ahora tenía pensado mandar el mensaje que más me dolía. Quería escribirle algo a Tae pero claramente sin decir donde me encontraba porque sabía que vendría y no me quería ni imaginar que harían mis padres.

Jungkook:
No había sentido tanta tristeza hasta
el día en el que te vi llorar y desde ese
momento me dije que no permitiría
que pasara otra vez. Por eso quiero que
estés feliz, que sonrías aunque no estemos
juntos. No sé que será de nosotros ni si
es bueno tener una relación aún sin saber
cuando será la próxima vez que nos veamos.
Pero quiero que sigas tu vida y que estés
tranquilo porque me encuentro en perfecto
estado.

Y derrepente mi móvil fue aplastado bajo el pie de mi padre sin darme la oportunidad de enviarle aquel mensaje a Taehyung. Él me miraba con superioridad y yo con el mismo terror con el que le miraba con tan solo ocho años de edad.





Ya era la tercera semana encerrado en la cocina, apenas sin dormir, ver la luz y trabajando sin parar sin recibir ningún tipo de paga.

Mi padre entró en la cocina con un plato que contenía dos huevos fritos, nada mas entrar lanzó aquel plato contra el suelo. Como reflejo di un salto mientras tapaba mis oídos. — ¡¿A esto lo llamas tú un huevo frito?!— Gritó dejándome casi sordo.

Seoul University  -  VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora