C I N C U E N T A Y U N O

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Estaba en el estadio viendo a los chiquillos jugar. Estaba nerviosa, estás hueás me ponen así, lo odiaba. La Dani, con la Cris estaban a mi izquierda y la Caro con la Violeta a mi derecha, ya que a las chiquillas no le caía muy bien la Caro, con respecto a mi, me caía bien y quién lo diría, ni yo me lo creo aún.
Cuando pasó lo del Sergio, ella me mandó un mensaje pidiéndome disculpas, literal me mandó un testamento diciendo cosas lindas, yo obviamente la dejé en visto en su momento, pero cuando nació la Violeta me acerqué a ella y eso que la Violeta tiene 2 meses recién. Se puede decir que fue gracias al Erick, él jamás me dejó sola, siempre estuvo ahí al igual que todos mis amigos y familiares, pero fue diferente. Hay días que decía que quería estar sola y mis amigos y familiares lo aceptaban, pero él no, él se quedaba ahí, sentando. Algunas veces no hablaba y se quedaba abrazándome o a mi lado. Lo quiero demasiado, pero no sé si volveré a verlo de manera amorosa, el Sergio había dejado una marca en mi.

(***)

— ¡Bravo! — dijimos cuando los chiquillos salieron del camerino, habían ganado 2-0. Un gol del Erick y otro del Charles.

— Ustedes me dan suerte — dijo el Erick que corrió para ver a su hija y darle un beso.

— El gol te lo dediqué a ti, Camila — dijo el Charles y yo lo abracé mientras me reía.

— Es un honor, de todas las que tení, me elegiste a mi — dije y todos reímos.

— Txá, te la tiró — dijo el Alexis abrazándome.

— ¿Vamos a comer? — Dijo la Dani.

— ¡Si!, quiero hamburguesa — dije haciendo un puchero.

— Ya vamos, si la princesa quiere, se hace — dijo el Charles. Me tomó de la mano y nos subimos a su auto. Quiero aclarar que no somos nada, solo que ahora se había puesto en ese plan de "protector" y yo lo acepto.

— ¿Por qué no viniste en el auto que te regalamos? — pregunta el Charles, ya en el auto.

— Porque, no sé — me encojo de hombros y veo como pasamos el auto del Erick — si veníamos todos en un autos diferentes, me sentiría como no sé, cómo cuica — sonreí.

— Puta que te fijas en todo — se ríe y yo también lo hago.

— Si saben como me pongo pa que me invitan — reímos y coloco una canción.

— ¿Volverás a la U? — pregunta mirándome de reojo y yo miro por la ventana.

— No sé — suspiré — igual estoy bien teniendo clases en la casa, la Rena me pasa sus apuntes y yo los paso a mi cuaderno y además doy las pruebas con mi clase así que es lo mismo.

— Igual si — dice dudoso — ¿tú curso está de acuerdo?

— Si y dile clase, que cuando dices curso siento que estoy en el colegio — reí. Mis compañeros han sido súper simpáticos conmigo — Algunas veces ellos me mandan resúmenes y cuando voy a dar las pruebas ellos me ayudan igual.

— Bueno, mientras tú te sientas cómoda — lo miré y le mandé un beso — quizás no te lo debería decir, pero tú sabes que soy cahuinero — reímos — El Erick quiere dejar a la Carolina, pero no sabe si hacerlo o no, por la Violeta.

— Algo me había dicho, o sea me dijo que no se sentía cómodo y volás — el Charles era el único que sabía que el Erick iba a mi casa a darme apoyo cuando no había nadie — Yo opino que si la quiere dejar y no se siente cómodo, que la deje, le harán más daño a la Violeta estando juntos y peleando por todo a estar separados.

— Opino lo mismo — dió una vuelta y se estacionó — llegamos — cuando me bajé vi a la Violeta llorar y corrí a verla.

— ¿Qué pasó, bebé? — la tomé en brazos y comencé a jugar con ella.

— ¿Carolina? — se nos acercó un tipo de pelo negro y con anteojos, la recién nombrada se asustó cuando lo vió — tenemos que hablar urgente, no puedes escapar — le agarró el brazo y el Erick se colocó detrás de mi.

— ¿Algún problema Caro? — dijo el Erick.

— No tranqui Erick — me miró — Camila, ¿puedes llevarte a la Violeta adentro, por favor? Y Erick, síguela — me miraba rogando y yo asentí.

— Tranqui, te veo allá — le sonreí y me dispuse a caminar con la Violeta en mis brazos, mientras todos los chiquillos miraban la situación — ya, no sean sapos y entremos — los miré a todos mal y entré al restaurante y menos mal me siguieron.

(***)

— ¡CAMILA ABRE LA PUTA PUERTA! — el Erick está golpeando la puerta y siento que la a derribar.

— Camila porfa, no puede entrar — la Caro estaba llorando a mi lado.

— Tranquila — suspiré — anda a mi pieza y enciérrate con la Violeta, él no te hará nada.

— Gracias — corrió a la pieza.

— Te voy abrir la puerta si te calmas — dije lo más tranquila posible — Ya, voy abrir la puerta pero no vas a pasar hasta que yo te diga — suspiré y abrí la puerta para salir y cerrar la puerta — ¿Quién chucha te creí para golpear así?

— Camila, no quiero pelear contigo, déjame pasar — me mira con los puños cerrados — tengo que hablar con esa maraca — le pegué una cachetada.

— No le digas así — lo apunto — no hablarás con ella, menos si estás así.

— ¿!CAMILA POR QUÉ LA DEFIENDES!? ¡SI SABES LO QUE HIZO!— me gritó tan fuerte que me llegó a dar miedo y de la nada me dieron ganas de llorar — ya pero no te pongas así — me abrazó.

— Perdón — me separé de él — tú cachai que me he puesto súper sensible después de lo qué pasó — miré hacia otro lado — pero porfa — lo miré — hablen después, sé y comparto con que lo que hizo esta mal, no pudo mentirte sobre la paternidad de su bebé, pero cálmate, no quiero que hagas una tontería por estar enojado — le tomé la mano — hazlo por mi, ¿puedes?

— Bueno — me sonrió, me dió un beso en la mejilla y se fue de mi departamento.

-//-
HOLA PIPUUUULLLL!, iba a subir el capítulo ayer, pero mi net no funciona, jaja, efe

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-xoxo

Redes Sociales; Erick PulgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora