08⸙

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A la mañana siguiente, el pelicastaño por los nervios terminó llegando a clases antes de la hora, por lo que se quedó esperando por un rato dando vueltas en la institución. Pensó bastante en lo que debería hacer a la hora del almuerzo y llego a la conclusión de hablarle directamente. Pues confiaba en su atractivo, y pedirle disculpas de frente parecía la mejor idea, así que deposito su confianza en ella. Y aunque fuera lo mejor, estaba extremadamente nervioso de hablarle. No estaba acostumbrado a que se enojaran con él.

Pero en contra de sus planes, se llevo una inmensa sorpresa, debido que al caminar por el patio distraído, no noto para nada como alguien se aproximaba a el rápidamente. Así que cuando sintió que tocaban su hombro y volteó para ver de quién se trataba, dió un brinco asustado y sin saberlo se mordió el labio nervioso.

— ¿En serio crees que mi sonrisa es rara? — Pregunto Hoseok, sonriendo ampliamente, con un deje de coquetería en su mirada.

Jungkook no pudo articular palabra alguna, así que solo negó desesperadamente, logrando que el pelinegro soltara un risa melodiosa.

— ¿Es bonita? — Le sonrió.

— ¡Si! — Dijo con un poco de mucho entusiasmo.— Es muy bonita... Lamento haber dicho eso antes, no sé que estaba pasando por mi cabeza. — Habló, con su ceño levemente fruncido y una mueca lastimosa.

— No te preocupes, cariño. Aunque te perdonaría por completo si aceptarás algo... — Dijo ladeando la cabeza con una sonrisita.

— ¿Cómo qué? — Está vez fue el pelicastaño quién sonrió. Relajándose un poco y notando que la mano del pelinegro estuvo en su hombro desde que lo encontró.

— Voy a comprarme un par de zapatos nuevos, y además me apetece salir un rato... — Contó sonriendo, y apretando muy levemente su agarre en el hombro del mayor.

— ¿Y las chicas? — Preguntó, por simple curiosidad.

— ¿No quieres? — Susurró Hoseok mostrando un puchero. — Ya estoy cansado de verlas todos los días, me hace falta estar con alguien más...

Y dijo todo esto mirando su brazo, pues la mano que estaba en su hombro descendió por su antebrazo hasta su muñeca, donde luego tomó sus dedos, en un agarre algo flojo

Jungkook vió todo ese proceso y se quedó quieto por varios segundos. ¿Le estaba coqueteando? ¿Verdad? Parecía tan fresco y relajado. Sintió un poco de envidia, el era muy nervioso y malo con las palabras. Y joder, era muy bueno coqueteando, hasta se sintió emocionado, aunque Jungkook suponía que era común en él.

— Por supuesto que quiero. ¿Cuando nos vemos? — Sonrió desviando su mirada al rostro del otro.

— No encontramos en la tienda de Juguetes del centro. — Informó devolviendo la sonrisa pero sin mostrar los dientes y mesiendo sus manos juntas a los lados.

— ¡Claro! ¿A qué hora?

— Primero tengo clases de piano, pero apenas salga te mando un mensaje. — Aclaró, pero luego se quedó quieto, y ladeó la cabeza. — Pero primero necesito tu número...

— Cierto... — Jungkook hizo una línea con sus labios. — Préstame tu teléfono para guardar el contacto.

Allí Hoseok buscó en su bolsillo y le pasó su móvil, haciendo que el castaño lo tomara y tardará alrededor de un minuto en volver a entregárselo.

— Listo. Nos vemos en la tarde, ya te envié algo para que me agregues.— Y dicho esto se escuchó el timbre de notificación dentro del bolsillo del pelicastaño.

Gay MODE ﹫ 𝑱𝒖𝒏𝒈𝒉𝒐𝒑𝒆 ཻུ⸙͎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora