El poderoso reino de Seirin era el más joven de todos; nacido después de que sus soldados libraran incontables batallas contra peligrosos enemigos de diversa índole, hasta conseguir un trono para su dignísimo monarca, pero eso no era suficiente para satisfacerlos. . .ellos querían más.
Lo que hacía especial a Seirin en relación a los otros reinos existentes, era que ellos no libraban sus batallas individualmente, sino que conformaban un poderoso ejército especializado en el ataque grupal, considerado el más temible del mundo conocido y lo que los había hecho prácticamente invencibles en sus primeras campañas. Obviamente llegar a perfeccionar todas esas estrategias les tomó un buen tiempo, pero rendirse no era una opción y el esfuerzo claro que valía la pena para guerreros como ellos.
La familia real tenía solamente un heredero, su nombre era Kagami Taiga quien era un digno príncipe pese a su carácter explosivo e irreflexivo.
Él y su hermano adoptivo habían crecido lado a lado desde su más tierna infancia: siempre jugando, aprendiendo de historias y leyendas, y practicando cada día sus grandes habilidades de lucha para convertirse en guerreros dignos, más llegó un día en que su querido hermano no se presentó a tiempo a sus clases y después de buscarlo por dos días seguidos, llegaron a la conclusión de que había escapado del reino ¿por qué haría algo así? Supusieron que al fin había descubierto que nunca iba a poder vencer a su príncipe en una lucha de iguales, pues Kagami poseía una fuerza sobrenatural en sus piernas que le permitía llegar con un salto de un lugar a otro durante una batalla, confundiendo y atrapando a sus enemigos.
El príncipe pelirrojo de cejas curiosas siguió avanzando sin detenerse, vivía por y para el combate sin preocuparse en nada mas pues lo motivaba un profundo deseo personal: ser el mejor.
-¿Cansado, Kagami-kun?- fue la pregunta que lo hizo brincar en su mismo lugar, después de todo no se esperaba que ese gran hombre se le apareciera de forma tan silenciosa mientras él dormitaba sobre la mesa del desayuno; realmente debía estar muy cansado porque si algo le gustaba al pelirrojo después de pelear, era comer
-Solo un poco. Me quedé en la biblioteca hasta tarde anoche tratando de terminar algunas de mis lecciones
Kiyoshi Teppei sonrió ante la infantil actitud de su príncipe que podía ser todo un tigre en las batallas, pero terminaba derrotado frente a un simple libro con hojas inmóviles. Kagami por su parte también sonrió, siempre era tranquilizante encontrarse con el principal consejero de su padre, aquel que un día también lo ayudaría a gobernar Seirin con justicia, y eso lo aliviaba bastante.
-Últimamente pasas mucho tiempo ahí; si necesitas ayuda para encontrar algo, solo tienes que decirlo, seguro que encuentro algunos documentos que sean de tu interés
-Gracias, pero ya tengo uno de esos, descubrí algo muy importante. . .
-¡¡¡Bakagami!!!
En el grito que recorrió todos los pasillos de piedra, el joven reconoció a la perfección la voz de Aida Riko, general de las fuerzas militares y la única que se animaba a hablarle de esa manera porque se conocían desde pequeños.
-¿Qué crees que quiera ahora?- preguntó entre cansado y temeroso por el tono de la chica, estaba mal admitirlo, pero como que le temía un poco
-No es seguro, supongo que tendrás que averiguarlo por ti mismo
La respuesta fue tan amable como Kyoshi, que, con su sonrisa de siempre, se alejó en busca de un escondite seguro lo más lejos posible de la castaña. . .ya tendría otra oportunidad para hablar con el príncipe.
-¿Qué sucede, Riko?- preguntó volteándose a ver a la chica que venía en su dirección a toda velocidad
-Acabo de enterarme que eres un idiota, ¡más que idiota!
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El Estilo de Conquista de Kuroko (Kuroko no Basket)
FanficAU. Época medieval. Todos los reinos quieren ser mas grandes, inician guerras con el único propósito de adquirir tierras y riquezas, ser mas poderosos que los demás; cada quien cree que tiene el mejor método para convertirse en el mas fuerte de todo...