El Estilo de Conquista de Kuroko (Kuroko no Basket)

Epílogo

Con la llegada del invierno, una nueva lucha se desató en el mundo conocido, una que determinaría el futuro de todos los seres vivos.

Kaijo fue tomada desde dentro en una noche especialmente oscura; nadie está seguro de lo que pasó en esas horas, solo que, al despertar a la mañana siguiente los aldeanos se enteraron que la familia real había escapado sin mirar atrás y que ahora las banderas azules habían sido reemplazadas por unas blancas con líneas celestes, mientras un joven de celeste mirada tomaba posesión de todo y la gente lo aclamaba con gran alegría pues su adorado príncipe sol se encontraba a su lado, con su sonrisa de siempre mientras le entregaba la corona que fuera de su padre.

Shutoku cerró las puertas y atacó a distancia, y aunque esa estrategia no sorprendió a nadie, sí lo hizo que no consiguiera salvarlos en esta ocasión. Una flecha fue lo único que necesitó Midorima para matar al general del ejército de su padre con un tiro limpio, demostrarles a todos que estaba vivo y en perfecto estado, lo que consiguió desatar la confusión entre su antiguo ejército. Se dice que el enfrentamiento fue puramente interno y al atardecer del tercer día, un gran número de soldados abandonaron la ciudad dirigidos por el halcón de Shutoku, quien iba al encuentro de su mejor amigo, listo para rendir sus armas ante ese nuevo y desconocido rey.

Too llevó a cabo sus batallas con todo el valor por el cual eran conocidos; muchos de sus guerreros sin embargo, renunciaron a sus puestos casi al instante de iniciarse los enfrentamientos solo para unirse al enemigo pues en realidad no tenían nada que los atara a ese reino, y ante la posibilidad de perder, cualquiera preferiría unirse al lado vencedor; las negociaciones no fueron fáciles y muchos de esos mercenarios debieron ser eliminados, pero aquellos de quienes el ex príncipe Aomine dio fe, fueron aceptados en la venia del peliceleste antes de que se iniciara la batalla final en la que Teiko resultó el claro vencedor. Kuroko permitió que la sacerdotisa Momoi se uniera a sus filas, todo por amor a su fiera pantera que le había solicitado que la cuidara, aunque también es cierto que la chica le caía bien.

Yosen pidió parlamentar con una bandera blanca de por medio; sus majestades lo único que querían era ver que su hijo estaba con vida y el peliceleste no pudo negarles eso. Murasakibara acompañó al rey durante la conferencia real, pudo abrazar a su madre y le pidió a su padre que rindiera sus armas pues de lo contrario, la próxima vez que se vieran, sería en el campo de batalla y le aseguro que ese encuentro no tendría un final feliz. El rey lo creyó, nunca había visto una mirada llena de tanta determinación en el rostro de su hijo y, contrario a lo que cualquiera pudiera suponer, aceptó el acuerdo de rendición propuesto por Kuroko; así es como el monarca se hizo con un nuevo territorio.

Se discutieron varias estrategias para tomar Seirin y su casi invencible ejército de mil trabajando como uno, pero el peliceleste, ignorando todo esto, solo montó en su caballo blanco y se dirigió al reino a plena luz del día, con sus seis amados príncipes cabalgando detrás listos para detenerlo ante cualquier locura que se le hubiera ocurrido hacer, pero nada de eso fue necesario pues las grandiosas puertas del reino se abrieron sin problemas mientras Kiyoshi Teppei salía en persona a recibir a su amado señor. El castaño ayudó al monarca a descender de su montura y recibió un suave beso en la mejilla como saludo, uno que dejó sorprendidos a más de uno de los presentes...sí, gracias al confiable consejero, Seirin había depuesto todas las armas.

Rakuzan peleó haciendo uso de todo lo que tenía, sus grandes riquezas como principal base; con tres de los famosos "reyes sin corona" peleando de su parte, un envidiable ejército que había sido entrenado personalmente por el príncipe heredero y el rey tirano a la cabeza, supusieron que sería solo cuestión de tiempo para tener a sus enemigos de rodillas frente a ellos, pero nada de eso fue suficiente para enfrentar a los guerreros de Teiko que desaparecían en el aire, y cuando el temido rey finalmente cayó muerto para gran alivio de muchos de sus súbditos, Akashi en persona sentó al joven ojiceleste en el magistral trono y se arrodilló ante él, renovando sus votos de fidelidad eterna.

La historia cuenta que el mundo conocido fue gobernado por un benevolente y poderoso rey que tenía el cielo en la mirada, un conquistador que llegó a dominar siete reinos en total, llenándolos por igual de riqueza y bienestar pues ese era el principal propósito de llevar a cabo semejante cruzada: llevar paz a todos los rincones del mundo, de la misma manera en que su único heredero lo haría más adelante para gran alegría de todos; el noble príncipe Kaoru pasaría a la historia conocido como el un "guerrero fantasma".

Se dice que Kuroko Tetsuya era imposible de localizar en el campo de batalla y que a su lado se alzaban seis guerreros de gran renombre, un verdadero equipo que siempre saldría victorioso en tanto estuvieran a su lado y que serían conocidos desde entonces como la legendaria generación de los milagros.