Capítulo 4

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—¿Ellos se parecían a esto? —Heechul dejó el libro frente a Donghae sobre la mesa de madera maciza en la biblioteca de Kellesborne.

El hombre delgado y con anteojos no quería vivir con los draegans después que las tropas de Siwon atacaron el pequeño poblado dónde él vivía. Heechul era lingüista e historiador, y había sido maestro en una de las aldeas humanas. Había sido capaz de traducir grandes partes del Grimoire de Siwon que ellos habían robado, y gracias a él ahora sabían que Siwon había comenzado la guerra con los draegans hacía mucho tiempo, y sobre el pacto profano que Siwon había realizado con el mundo de las sombras llamado Muerte. No obstante muchas veces Heechul trataba mejor a los libros que a las personas, y frecuentemente dejaba a Hyukjae loco por causa de su actitud de sabelotodo, se volvió un miembro valioso del círculo íntimo de Donghae. Cuando ellos se mudaron para Kellesborne y Heechul descubrió la rica y exhaustiva colección de libros almacenados en la antigua fortaleza draegan, con historias y códigos que databan de milenios sobre prácticamente todo en Valensperia, inmediatamente se mudó a la pequeña área de habitaciones junto a la puerta de la biblioteca para estar más cerca de sus preciosos libros. La biblioteca se había vuelto el comando central de Donghae, y sus asesores, pues era un lugar tranquilo y aislado ubicado en una de las grandes torres del castillo de piedra blanca, lejos de la agitación de la vida diaria que ahora llenaba el edificio.

Donghae estudió la imagen sobre la página amarilla de un tomo antiguo, y tragó en seco. Él no creía haber purgado la visión de aquellos ojos rojos y las manos nudosas grises, ni la agonía torturante que todos habían sufrido con el ataque de los nyctos. Todavía sentía los ecos fantasmales como el palpitar del dolor de cabeza.

—Sí, así se veían, —dijo él.

Deslizó el libro hacia Henry, que parecía tan inestable como Donghae se sentía. Henry asintió, inmediatamente, empujó el libro lejos como si estuviese cerca de las criaturas otra vez, aunque fuese sólo una imagen, era lo que podía soportar.

—No puedo creer que estés vivo y aquí para contarlo, —dijo Taeyeon, el rostro pálido. Ella estaba rodeando la mesa, pero se detuvo de repente, inclinándose y abrazó a Henry, su hijo mayor. Para luego hacer lo mismo con Donghae, murmurando—: Gracias por traer a mis hijos a casa sanos y salvos. Gracias por regresarte a casa a salvo.

Cuando ellos llegaron a Kellesborne una hora atrás, Kibum con
voz trémula, contó lo sucedido, los ojos constantemente fijos en Donghae con la adoración del héroe atrapado. Los draegans y humanos reunidos escuchando, pasaron por varias etapas de horror, sorpresa, hasta que explicó cómo la magia de Donghae les permitió escapar. Y la mayoría, inclusive Taeyeon, Leeteuk, Heechul y Henry, que ahora estaban todos reunidos en torno a la mesa con Donghae observándolo de la misma forma que Kibum. Esto hizo a Donghae sentirse más incómodo de lo que podía explicar con palabras. Él no era un héroe. Hizo cosas indescriptibles, durante los años que trabajó para Siwon. Lo hizo ciegamente, sin dudar, y, en su juventud, las había disfrutado. Ahora, su pasado era un anatema para él. Deseaba olvidarlo y fingir que era bueno, honrado y digno de ser el líder de esas personas. Pero él no podía olvidarlo. Su antigua vida lo asombraba todos los días, y él temía que ninguna cantidad de súper poderosa magia draegan que los salvó en el último minuto podría otorgarle el pleno perdón por sus primeros años oscuros.

—¿Cómo está Kibum? —Preguntó Donghae a Taeyeon. El joven draegan parecía haber sobrevivido al calvario nycto sin daños físicos, pero Donghae estaba preocupado por su aparente tranquilidad en el vuelo de regreso a Kellesborne. Ellos estaban exhaustos, quizás fuera sólo eso y no había nada por lo cual preocuparse. Mientras tanto, sabía cuan agitado estaba desde el ataque y él era un soldado experimentado, que había visto y experimentado mucho. Henry era más maduro y tenía experiencia en luchar, eso le daba algunas herramientas para lidiar con el estrés emocional. Pero Donghae no podía quitarse de la cabeza la imagen de Kibum retorciéndose en el piso, las lágrimas cayendo por el rostro, implorando que se detuvieran. Sonó tan joven y vulnerable, que Donghae sintió el enorme peso de la responsabilidad de velar por el joven draegan en esa situación.

Fuegos de Ballian [EunHae/HaeHyuk +18] ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora