Capítulo 3

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Los terribles gritos hicieron doler los oídos de Donghae y su piel se erizó. Levantó la vista de Junsu, escaneando la zona. El claro estaba oscuro y vacío. Los copos de nieve caían del cielo como los delicados pétalos de una flor de cristal, silencioso y sereno en medio de la cacofonía. Pero en la línea de los árboles... vislumbró ojos. Rodeándolos. Brillantes ojos rojos. Y estaban acercándose.

Junsu se estremeció de nuevo, un fuerte temblor sacudió todo su cuerpo. Él gimió. —No pueden permitir que se acerquen…

Donghae creyó que Junsu quería decir que no podían dejar que las criaturas llegasen al claro. Aunque los tres fueran capaces de resistir y luchar iban a hacerlo con lo que parecía ser una horda, Donghae no lo sabía. Posibles estrategias volaron a través de su mente, considerando todas más las rechazó. Pensó en dar a Junsu un cuchillo, incluso en su estado de debilidad podría ser capaz de defenderse a sí mismo llegado el caso. Pero otra mirada al draegan, débil y tembloroso en el suelo, mirando como si el diablo hubiera llegado por él, le hizo darse cuenta que Junsu no estaba en condiciones de defender nada.

Donghae se quitó la capa de lana pesada y la puso sobre la forma desnuda de Junsu, tratando de tener cuidado de no irritar sus heridas.

—Junsu, ¿qué son? Estas cosas en el bosque.

El miedo de Junsu era tangible y sorprendente. Él sabía algo. Donghae estaba seguro que Junsu había visto a las criaturas antes, y sabía de ellos. Trampa, había dicho cuándo comenzó el chillido. ¿Qué tipo de trampa, y para quién? Siwon no podría haber adivinado que vendrían por Junsu ya que en las visiones de Donghae, Siwon sabía del destierro de Junsu del campamento draegan. ¿Era la trampa para Jax ?

Las preguntas roían a Donghae, pero una era más urgente que las otras en este momento. —Junsu, si sabes lo que son estas cosas, ¡dilo!

—No pueden... dejar que... en… —Junsu dijo otra vez, las palabras apenas coherente. Arrastró sus brazos sobre su cabeza. El draegan estaba aterrorizado. Y no era de ayuda.

—Estamos rodeados. —Henry aferró su espada y extendió las piernas en posición de combate. —Tiene que haber dos o tres docena de ellos. Tal vez más.

—Pero, ¿qué son? —Preguntó Kibum, con voz vacilante. Sin embargo, él no dio marcha atrás de su posición defensiva.

—No lo sé. —Donghae contempló realizar una carrera cargando a Junsu, atravesando el cerco formado por estos seres.

Pero antes que pudiera pensar en ello o actuar, el infierno se desató. Las criaturas de ojos rojos surgieron de entre los árboles en un borrón de forma oscura y fantasmal, a excepción de los inquietantes ojos y los largos y delgados brazos grises que terminaban extrañamente retorcidos. Cuando entraron en el claro, el dolor explotó tras los ojos de Donghae. Una agonía abrasadora tan fuerte que se dobló .

¡No! ¡Ahora no!

Seguramente el destino no podía ser tan cruel como para enviarle una visión en este momento, no cuando arriesgaba su vida y la de los demás. Los dolores de cabeza que venía de las visiones variadas, a veces eran suave, a veces tan cegadores que se desmayaba a causa de ellas. Pero nunca había experimentado nada tan intenso y penetrante antes. Él luchó por contener el oscuro abismo que sabía que pronto lo atraparía, y que siempre acompañaba a las precogniciones.

Decidido a no abandonar a sus compañeros por su cuenta frente a los desconocidos atacantes, Donghae se puso de pie y sacó su espada para ubicarse junto a Henry y Kibum. Pero la agonía en su cabeza se hizo más brutal, apuñalando y torturando, quemando y sangrando, y se encontró cayendo de rodillas, y luego sobre las rocas cubiertas de nieve.

Fuegos de Ballian [EunHae/HaeHyuk +18] ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora