Cafeína

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Estoy tomando café un 23 de diciembre, tan normal como de costumbre y de la misma forma, de la manera que siempre lo haces, te cruzas por mi mente y eso que llevo mucho tiempo sin verte. Parece como si nunca te hubieras ido, como si te estuviera viendo fijamente.
El café sabe mejor con tu recuerdo he de decir, hasta su aroma me recuerda a ti.
El corazón que le han hecho, parece como si palpitase a la misma sintonia que mi mente dice tu nombre y cada vez se acelera más y más.
¿Controlarse? ¿Es eso posible ahora?
Me vuelvo vulnerable ante tantos sentimientos encontrados.
Vulnerable al irracionable amor que siento hacia ti.

Yo que nunca pensé escribir un diario, a diario escribo de ti, cuando estoy en la cafetería o cuando miro el mar.
Porque te veo hasta en lo que nadie piensa y escribo de ti aunque no se den cuenta.

Otra vez diré que me siento vulnerable, indefenso, dime tú, si soy yo, pero el irónico amor me hace sentirme seguro en tu ojos (café ina)ccesibles para otros y para mí un vicio que quiero todos los días de mi vida.
                                                ST ♣

Lo que sea que intentamos olvidar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora