Trago amargo

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— ¿Que tan grave esta?

— Creemos que no pasará de esta noche.

— Lo entiendo. ¿Puedo estar a solas con ella?- decía calmado, mientras que dentro de mi estaba aterrado por las palabras del doctor.

— Por supuesto, pase.

    Abri la puerta, sentí ese aire frío chocar con mi cuerpo provocando un extraño escalofrío. Hasta que allí la vi, ver su piel morena ya casi pálida me provocaba una sensación preocupante. Solo me quedaba acercarme ella.

—¿Como te sientes?

— E tenido dias mejores, - exclamando con una leve voz ronca.

— Lo sé, he estado en ellos. - diciendo en un tono burlón.

— Se ríe- Lamento no poder estar mas en tu vida, pero sabes lo que pasará- expresa con tristeza, no me queda mucho tiempo. Tengo que decirte algo...

—¿De qué estás hablando?-le interrumpo-.
—¡Saldrás de aquí pronto! - digo estando en negación.

— Sabes mi condición, no eres un niño ya, no ignores la realidad, te crié fuerte no me decepciones.- lo dice intentando sonar fuerte-. Antes de irme, busca entre mis cosas, mi maleta está ahí. - señaló el rincón de la habitación-. —Busca mi cámara, y dámela.

    Hice caso a lo que me dijo. Busqué y busqué hasta que la encontré, esa cámara que siempre me dio curiosidad desde niño. Ella siempre dejaba que hiciera fotos con ella pero nunca me dejaba ver las fotografías, quién sabe por qué. Se la di de inmediato.

-—Ah-suspiró-, —Tanto tiempo que llevamos juntas, aquí termina nuestro camino.- Mientras estrechaba sus brazos con la cámara en mano- —Tómala, te la entrego, ha estado en la familia por dos generaciones, cuidala bien y mas vale que no me la rompas o ire por ti- dice con una pequeña risa-.

—¿En serio? ¡Claro que la cuidaré! Pero entre tanto debes descansar. -Digo mientras escucho un leve suspiro y veo sus ojos cerrados.

—¡No me dejes por favor! -Le rogué y grite entre lágrimas cayendo por mi rostro.

P O L A R O I DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora