Dia 18; Sadomasoquismo

5.5K 297 111
                                    

¿Cosplayer? ¿Qué es éso?

...

—  Cariño, a ti te gusta que te hablen sucio, ¿verdad? —  Aquella preguntada iba dirigida al canadiense.

Canadá dejó su libro de lado para voltear con una sonrisa pícara.

— Sí, me gusta mucho, es muy excitante para mí. — Respondió sin vergüenza como si fuera lo más normal. — ¿Por qué la pregunta?.

— Sólo pregunto porque lo veo como algo masoquista. — El rostro de USA había formado un pequeño sonrojo al imaginarse al de hoja con insinuaciones de aquél fetiche.

Las palabras del estadounidense hicieron que Canadá soltara una pequeña risa, sí, él es masoquista, pero no lo demostraba mucho o eso pensaba.

— ¿Quieres comprobar sí soy masoquista, amor?. — La sonrisa de Canadá se agrando cuándo vio que el sonrojo de su hermano se esparció más por su carita.

(...)

— Ok, ya estamos aquí, sí quieres empieza por amarrarme o lo que quieras, la idea es que seas dominante. — Explicó el canadiense acostado en la cama, esperando a que USA empezara con la acción.

Parecía nuevo en esto.

— Bien, utilizaré las esposa. — Habló un poco inseguro, amaba a su pareja pero, también le daba vergüenza no saber de estás cosas, trató de no darle importancia y tomó lo anterior mencionado, se colocó sobre Canadá, atajó aquellas manos para luego ponerlas juntas y así engancharlas con las esposas, aplicó fuerza de más al ponerlas pero el de hoja no se quejó, sabía que lo iba a disfrutar pero mañana le iba a arder las muñecas.

Estados Unidos estaba ansioso, tenía a Canadá a su merced en esté momento, no lo iba a desaprovechar. Le daba un poco de molestia que el canadiense lo tratara como un inexperto en este tema del sadomasoquismo y masoquismo, le iba a enseñar lo equivocado que estaba.

Con las correas sueltas amarró las piernas del canadiense a la cama para que estuviese bien separadas, trataba de no medirse.

— Ahora escúchame, perra, no quiero oír ningún sonido tuyo. Sueltas un gemido, suspiro o quejido, y te irá mal, ¿Entiendes?. — USA puso la voz ronca y grave con un tono dominante, haciendo que Canadá asintiera con rapidez, ¿No quería que gimiera?, interesante.

Una sonrisa maliciosa escapó de los labios del estadounidense que empezó a acariciar, mejor dicho, rasguñar aquella blanca piel, le gustaba ver esas marcas rojas que identificaba su propiedad. El torso del canadiense estaba levemente rojo porque, a veces, USA afincaba las uñas para dejar una marca más grave. Ahora venía los dientes, fue directo a las clavículas, mordió con fuerza, casi lograba hacer qué Canadá soltara un quejido pero se contuvo al punto de arquear un poco su espalda, los mordiscos siguieron hasta su pezón dónde los dientes de USA se clavaron, parecía no querer separarse, hasta que sintió la sangre, los dientes se fueron dando paso a la lengua, la cual se paseaba, saboreando ese líquido carmín.

Canadá no soltaba ningún ruido, pero no pudo evitar las lágrimas, no se esperaba que USA fuera sadista, aunque no se quejaba, lo estaba disfrutando. Sentía como sus glúteos eran apretados con fuerza por las manos del mayor, quería soltar un gemido por eso, luego vino una nalgada, se mordió el labio con fuerza, otra nalgada junto con varios rasguños más los dientes que ahora estaban en su vientre. Su garganta se rompería si soltara aquellos gemidos que retenía sus labios ya ensangrentados por la fuerza que sus propios dientes estaban ejerciendo.

Eso llamó la atención del de estrellas, separó sus dientes de aquel ya marcado vientre para dirigirse a la boca de su Canadá, lo besó con brusquedad mordiendo más aquellos labios, ahí el mayor sí soltó un quejido...

— Mmm~ mi pequeña puta no hizo caso. — Habló el estadounidense con una voz lastimera, cosa que ponía a Canadá nervioso. — Parece que debo ser más rudo contigo, ¿No lo crees, zorra?.

Esas palabras sólo hacen que Canadá soltara varios gemidos pequeños.

— "¿Me está retando?".— Sé preguntó el estadounidense escuchando los excitantes sonidos del de hoja.

— No pu-ude evi-tarlo. — Dijo como pudo al aún tener las ganas de llorar por la excitación y dolor.

— Te facilitaré el trabajo para que no grites como perra en celo, no quiero que rompas tu garganta, la necesito para otra cosa.  — Con rapidez comenzó a quitarse su pantalón, bajandolo y tirandolo. Se podía ver un gran bulto en aquél bóxer del mayor, indicado estar muy excitado. — Ah~, espero hagas un buen trabajo con tu boca.

Canadá abrió su boca al instante, al ver ese gordo pene, si podía con él o al menos eso creía...

Las lágrimas del canadiense se escapaban al sentir como ese miembro chocaba con su campanilla. Tratando de excitar más a su hermano comenzó a utilizar su lengua, lo engullia todo para jalarlo como podía, saboreaba la punta y después succionaba.

Esos movimientos provocaron que USA se corriera rápidamente. Pero mantuvo su miembro aún en la boca de su pareja.

Cómo perrito obediente, el de hoja realizó la petición de su pareja sin desperdiciar ni una gota de semen.

(...)

Las pieles chocaban con fuerza. USA es muy rústico, brusco y dominante. Cosas que Canadá, no se esperaba.

La sangre bajaba desde las claviculas hasta el pecho, siendo sólo un pequeño hilito, por las constantes mordidas del mayor. Por la parte de abajo parecía que quería romper a Canadá, sus estocadas eran demasiado fuertes, chocaban con el punto dulce del canadiense, quién aún no podía emitir ningún sonido.

El estadounidense se movió más rápido y con fuerza hasta el punto de hacerse ver un bulto en el vientre del contrario dónde se notaba aquél pene grueso.

Canadá estaba sufriendo, de placer y dolor, parecía un dulce infierno, su hermano lo embestia con tanta fuerza que daba un dolor agudo pero se iba al instante por el choque contra su próstata. Queriendo gritar y con su ganas de desgarrar su propia garganta, Canadá se quedó callado.

Después de unos minutos se pudo ver cómo el pene del de hojas palpitaba indicando su corrida, estaba apunto pero...

— Te correrás cuándo yo lo haga.

El ardor y dolor permanecía en Canadá, esperando con ansias el poder correrse sin problema. Al final lo logró ya que el mayor se corrió liberandolo.

Mucho semen se esparció.

— Fue... Divertido.

...

Ah. Sí.

Usacan - 30 Dias OTPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora