Si voy a Escoger

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Mientras descansaba un poco, Fandango meditaba en la información que había sacado de la Bestia llamada UWO. Mucho de lo que sabia UWO era un rastro genético, experiencia pasada de generación a generación mediante la sangre.

Sintió la mirada de Plumina, que lo observaba con detenimiento. Estaba seguro de que ella pensaba que era un error haber dejado vivo a UWO con ese pedazo de metal en medio de su cerebro, pero si algo había aprendido en todos estos años de viajes es que, el metal volvería a sus manos.. tarde que temprano.

Al continuar su camino, Fandango observo otro leve rastro de hilo del destino. No cabía duda de que este hebra era de suma importancia y tenia relación con la de Uwo, por que brillaban con el mismo color. Así siguieron caminando una hora más hasta encontrar la punta de aquella hebra.

- ¡AYUDA POR FAVOR!

El grito de ayuda marcaba el final del hilo del destino, a no menos de 30 metros de ellos, tres soldados sometían a una mujer. Al darse cuenta que dos encapuchados se acercaban a paso veloz, los hombres interrumpieron la paliza que le daban a la mujer, volviéndose y encarando a los recién llegados. Al principio parecía que eran soldados, gracias a un análisis más detallado, Fandango dedujo que era desertores o simples bandidos. Aunque todos ellos llevasen armaduras de cuero, la falta de cuidado y mantenimiento les delataba.

La mujer, una campesina, se acurruco sobre misma haciéndose un ovillo. Era sumamente evidente que había sido abusada, física y verbalmente, y a juzgar por la soga colgada en el árbol mas cercano, también seria ejecutada.

- Sigan con sus negocios, caminantes, esto es un asunto oficial. – dijo el hombre que parecía estar a cargo.

Fandango se detuvo para encararlo, se quedo unos segundos sosteniendo la mirada de aquel hombre. Apestaba a sudor, orina y estiércol, mostraba los primeros signos de disentería... aquel hombre no viviría mas de un año. Plumina le alcanzo y se situó a dos pasos de él.

- De que se le acusa? – Le pregunto Fandango apuntando con el dedo a la mujer. El hombre sonrió, le faltan 3 dientes.

- Vagabundo inmundo... vete de aquí norteño hijo de mil putas o te colgaremos igual que a esta perra. – uno de los soldados rasos avanzo hacia ellos blandiendo una porra de madera rematada en lo que parecía un puño metálico.

- Se le acusa ser una ignorante fornica perros como tu y la zorra que se esconde detrás tuyo. – dijo el soldado raso que se acerco.

El otro raso comenzó a reír a carcajada abierta mientras el oficial sacaba su espada corta. Plumina se tenso al instante, pero Fandango la calmo con una indicación de sus dedos.

- Se le acusa del asesinato de personas heridas, de saqueo, de canibalismo. – dijo el oficial mientras caminaba en circulo entorno a Fandango – Por todo ello se le sentencia a la muerte por ahorcamiento... o tortura.

Un golpe seco produce un grito agudo seguido de carcajadas, de una discusión acerca de como tirarle los dientes con un martillo y posteriormente, del sonido de la cuerda al atarse sobre el cuello de la mujer.

- Sigan su camino o quédense a mirar, la verdad no me importa, pero después de que colguemos a esta perra ocupare una explicación.- amenazo el hombre mientras escupía a los pies de Fandango. – De que por que un aparente noble viaja con una sirviente elfa mal herida?

Plumina temblaba de rabia, poco a poco la ira iba haciendo que su cara formase una mueca horrenda y su vendas comenzasen a vibrar levemente. Fandango tuvo que calmarla nuevamente.

- Somete a este – dijo señalando al oficial – pero no lo mates.

La orden sorprendió al oficial que no se esperaba un ataque, y cuando este se hizo presente, no supo que hacer. Plumina salto sobre él, con tanta fuerza y velocidad, que le rompió 3 costillas. Esta vez no se transformo, pero sus vendajes se prolongaron adquiriendo conciencia y envolviendo cada extremidad del oficial.

Alertados por el sonido del ataque los dos rasos voltearon, solo para ver como fandango avanzaba a paso decidido hacia ellos.

Alertados por el sonido del ataque los dos rasos voltearon, solo para ver como fandango avanzaba a paso decidido hacia ellos

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- MACHACALO – grito uno de los soldados, el mas gordinflón, a la par que desenfundaba una daga.

El raso flacucho empezó a girar sobre su cabeza la maza, tenia la esperanza de acabar de un solo golpe con aquel hombre de apariencia noble. Los dos se movieron a la par, esperando rodear al hombre para así acabarlo pronto e ir a ayudar a su oficial.

- QUINTEMELA DE ENCIMA.- Chillo el oficial – ESTA PERRA ME ESTA ROMPIEND.... AAAAAAAAAAAGGGGGHHH!!

- Dile a tu perra elfa que suelte a nuestro oficial... o te mataremos – dijo raso flacucho

- Si tanto quieren que lo suelte, por que no ¿van y se lo piden ustedes mismos?

El raso flacucho no aguanto más, se lanzo sobre Fandango blandiendo su porra. Fandango espero el momento indicado, justo cuando la porra le iba a alcanzar directo en la cara, alzo su brazo derecho. El golpe fue bloqueado por la parte dura de su guante, había ejecutado un movimiento parecido a una bofetada que desequilibro a su atacante.

Aturdido el flacucho solo pudo sentir cuando sus pies se levantaban del suelo, barridos por una poderosa patada y mientras volaba en pos del suelo fangoso, pudo ver la pirueta que hacia aquel hombre al tomar la porra que se desprendía de su mano.

Cuando el flacucho toco el suelo, Fandango realizo su contraataque, estrello la porra tan duro contra su cabeza que esta se partió como una sandia. El gordinflón aprovecho su distracción para asestarle una cuchillada mortal por la espalda. Fandango sintió el cuchillo cortar el aire, era demasiado tarde para ejecutar otra parada, así que decidió tomar el golpe. Justo antes de que el cuchillo atravesara su espalda se giro y antepuso su mano derecha empujándola. Capturo la hoja mientras se enterraba en su palma hasta llegar a la guardia apresando la mano del sorprendido gordinflón.

Con un giro elegante de su mano inmolada rompió en tres partes la del gordinflón, soltando el cuchillo al instante. Fandango lo extrajo rápidamente de su mano y con otro giro le rebano la garganta al gordinflón.

Lanzo el cuchillo al suelo mientras veía como dos gotas de su sangre se derramaban en el suelo. Saco un pequeño frasco de su inventario y lo coloco en la herida que rápidamente se cerraba, se la presiono con la mano para lograr llenarlo a la mitad.

-Ya puedes abrir los ojos. – dijo Fandango

La mujer, que hasta hace poco iba a hacer ejecutada, se había tirado al suelo en cuanto comenzó la pelea. Tenia moretones por todo el cuerpo, incluida la cara, su ropa había sido rasgada en su partes intimas y su pecho, pero ella las mantenía unidas con sus manos.

Fandango le hizo una señal a Plumina con sudedo para que se acercara. La elfa demonio comenzo a gatear hasta su amo, arrastrando el cuerpo roto del oficial. 

- Necesito que hacerte una pregunta.- le dijo Fandango a la mujer mientras Plumina arrastraba al hombre hasta sus pies.

Heraldo del Destino / The Witcher 3/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora