6

290 42 25
                                    

Emilio

Era nuevo en la ciudad, aún me estaba tratando de adaptar debido a la imprevista forma en la que debimos hacerlo. Llevaba no más 5 días en la ciudad, quería recorrerla y conocer lo más que pudiera antes de entrar a clases oficialmente. Entraba la próxima semana así que debía aprovechar para así fuera conocer personas si podía en ese transcurso, tal vez podría coincidir con alguien de la escuela a donde me había registrado y adaptarme mejor en esta "nueva" vida. Aunque casi iba a finalizar el año, me aceptaron por mis buenas calificaciones y pude mantener una beca que ya tenía en la anterior.

La razón por la que nos habíamos mudado de ciudad, fue porque mi hermana sufrió de acoso y de maltrato. Su ex novio era una persona realmente amable y comprometida con su relación con Romina. Se habían conocido en un encuentro anual en el que participaban los mejores proyectos de una de las ferias de ciencia que se realizaba. Sus puestos estaban justo al lado del otro, como dice el refrán "la curiosidad mató al gato", Romina se acercó al puesto de Francisco (su novio) por a preguntar por el proyecto que había realizado, y según ella, fue como si el propio cupido los hubiera flechado a la vez.

La relación iba muy bien, salían a comer, iban al cine juntos. La confianza que se creo era tan grande que Romina se quedaba en su casa a dormir y viceversa. Se tenían el uno al otro, sonaría completamente loco, pero para ese entonces, llegué a pensar que estaban destinados, ¿quién construye una relación así en tan poco tiempo?

Las cosas iban como viento en popa. Sin embargo, entre más cercanos se volvían, más extraño empezaba Francisco a actuar. Escenas de celos exageradas, trataba de manipular a Romina o incluso a mis papás para que lo dejasen quedarse más tiempo y así. Todo se complicó aún más cuando él comenzó a venir a la casa a altas horas de la noche, para cerciorarse que Romina estuviese en casa. Algunas veces las visitas iba acompañadas de llamadas. Romina dejo de salir con sus amigos solo para que Francisco estuviera "bien" con ella. Aún así, sd volvía más intenso y celoso por razones ilógicas. La gota que rebasó el vaso fue el día hizo una escena en medio de un restaurante porque Romi contestó una llamada de un amigo de la escuela con elnque estaba haciendo un proyecto. Se puso histérico y la forcejeo del brazo dejándole unas pequeñas marcas de su fuerza ejercida. Y así empezó a empeorar hasta que la golpeó, no una, ni dos veces, fueron unas cuantas y sin saber si fueron más. Romina nos contó por fin un día, así que decidimos tomar cartas en el asunto. Nos alejamos de todo lo relacionado a él, cambiamos de escuela, pero aún así ahí estaba él, acosando a Romina.
Nuestra única solución fue poner una orden de alejamiento y por seguridad, nos recomendaron mudarnos y así fue, empezamos algo así una nueva vida.

Ese día miércoles, estaba dando unas vueltas a la ciudad, buscando algo con lo que pudiese entretenerme y pasar el rato y ver si podía conocer a alguien, de verdad era aburrido ser nuevo en un lugar.

Mientras daba una vuelta en el centro, tal vez era la  tercera o cuarta vez que pasaba por por allí.
De un momento a otro, di un vistazo por la ventana y había un centro comercial, me llamó la atención por los anuncios que tenía en una de sus paredes, al parecer allí podía encontrar mi lugar de comidas favorito. No lo dude dos veces para buscar un estacionamiento e ingresar al lugar.

Me tomaron unos cuantoa minutos para poder encontrar aquel sitio, el centro comercial era algo grande comparado a lo que estaba acostumbrado ver en la ciudad en la que vivía. "Solo es cuestión de acostumbrarse" fueron las palabras de mamá cuando nos quejábamos de haber tenido que abandonar nuestra vida, aunque fuese para un bien de toda la familia.

Una vez entré al restaurante, me dirigí directamente a pedir mi orden, me decepcioné un poco al saber que mi plato favorito no estaba disponible, quizá no era el único al que le fascinaban las enchiladas suizas No sabía qué más pedir, desde que me aventuré por primera vez a probar ese delicioso platillo, jamás probé otro, y no quería intentar algo más. Entonces una voz llamó mi atención mientras me aconsejaba que probar del restaurante.

ExtremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora