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Roma's POV

Cuatro años después

Alice suelta una de sus adorables y contagiosas carcajadas y pega su cara a la ventana del salón, mirando a Richard que acaba de llegar a su casa del trabajo. Me mira de reojo y yo la agarro para hacerle cosquillas y ella vuelve a reírse tirada en el suelo. Sonrío enternecida y miro también por la ventana. Hace cuatro años que no veo a Jordan en la ventana de su habitación y me sigue siendo extraño.

Han pasado cuatro años desde que se fue, tres y medio desde que Alice nació y dos años desde que lo vi por última vez.

Jordan se fue y mantuvimos el contacto. Todo iba genial, sin embargo no teníamos una relación más allá que una amistosa, a pesar de los sentimientos que teníamos el uno por el otro. Los meses pasaron y cuando llegó Navidad, no nos vimos porque su familia siempre pasa la Navidad o en España o en Canadá, los países natales de sus padres. En verano no nos veíamos porque él encontró trabajo en Los Ángeles y no pudo venir, ni yo ir. Más de lo mismo en las vacaciones de primavera. Al fin, el verano de entre segundo y tercero de carrera, vino a vernos de sorpresa solo dos días, pero eso bastó. ¿Lo peor? Al venir de sorpresa no pudo conocer a Alice porque mamá se la había llevado a Jacksonville a ver a mis abuelos.

Ahora han pasado dos años desde que nos vimos por última vez y uno desde que perdimos el contacto. Poco a poco, la universidad nos fue distanciando y Alice me ha mantenido muy ocupada a mí, además de la uni a distancia.

—Aquí, mamá —dice Alice, señalando la puerta del baño.

—¿Tienes pipí, cariño? —pregunto levantándome.

—Tengo pipí.

—Vamos, anda.

Mientras la llevo a su orinal, ella va cantando por lo bajo alguna canción que le habrán enseñado en su escuela. En unas pocas semanas empezará su primer curso en el colegio pero durante este verano, mientras yo trabajaba, ha ido a la guardería unas pocas horas al día donde ha conocido a algunos de sus futuros compañeros de clase. Los han hecho jugar, aprender colores, animales, canciones, poemas... Me alegro que le guste tanto ese ambiente.

Hace pocas semanas que me gradué en la universidad de la carrera de Comunicación audiovisual y, por suerte, me he quedado a trabajar en el sitio donde hice las prácticas.

Desde que nació Alice, pasé por un período de ansiedad bastante malo ya que pensaba que no podría con la niña y con la carrera, pero he tenido a tantísima gente ayudándome, que me ha sido bastante fácil sacarlo todo adelante.

Sigo viviendo con mis padres ya que son mi pilar fundamental para no venirme abajo, pero estoy deseando volar del nido con mi hija e irme a vivir con ella a algún pisito del centro de Miami cerca del trabajo y de su colegio. Quien también ha sido un gran pilar para mí ha sido Julia, la hermana de Jordan. Alice la ama, Julia ama a Alice. Ha hecho de niñera de forma gratuita un millón de veces y me ha salvado la vida todas esas veces. Me ayudó mucho durante el embarazo —el cual fue bastante fácil de llevar, sorprendentemente— y después de este. Le debo mil favores.

Cuando Alice termina, vamos juntas al salón y ella se deja caer en el pequeño sofá que le regaló Richard.

—¿Quieres cenar, cariño?

—¡Sí!

Mientras la dejo viendo sus dibujos, le echo el puré de verduras en un plato y le corto un poco de carne en otro plato más pequeño. Lo llevo todo al salón, lo dejo encima de la mesita de centro y se lo acerco a su sofá. Le pongo una servilleta en el cuello de la camiseta y ella coge la cuchara para atacar su puré.

¿Juntos? {N #2} (PAUSADA TEMPORALMENTE) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora