⁰⁰¹' un encuentro desastroso

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La profundidad de los bosques era algo digno de admirar, no había que juzgar la capacidad de estos para que en un abrir y cerrar de ojos se convirtieran en el laberinto más difícil del cual escapar. La habilidad de orientarse se iba en cuanto los ojos captaban la misma imagen por donde sea que miraran y una vez te encontrabas dentro de este ya podrías darte por perdido. Era tan sólo el encanto de los bosques, naturaleza que debías conocer y respetar antes de aventurarte a su grandeza.

Jeon JungKook comprobó esto luego de dar vueltas por más de dos horas en distintas direcciones en aquel desconocido bosque buscando unos supuestos humanos muertos que le mandaron a inspeccionar por posible conversión no deseada. Estaba cansado y luego de subirse un par de veces a las copas de los árboles comprobando la inmensidad de este y sin encontrar ni siquiera el olor a sangre humana, comenzó a sospechar el posible engaño de su misión.

Casi un siglo de vida no bastó para que JungKook no cayera por quinta vez en la trampa de sus hermanos y hermanas. Les daría un punto a favor, fueron más originales como para usar a otra persona para mandarlo lejos hasta un particular bosque que no conocía, apretó las manos en puños hasta que sus nudillos se quedaron blancos y sus uñas dejaron unos puntitos de sangre en sus palmas, soltándolas segundos después de sentir el pinchazo que no lograba distraerlo de su molestia.

Suspiró sintiéndose cada vez más enojado, en su mente un montón de pensamientos comenzaban a presentarse, la mayoría siendo insultos e imágenes de posibles muertes para sus hermanos y hermanas mayores, no se necesitaba ser listo para saber que eran ellos los responsables de mandarlo a un lugar desconocido para deshacerse de él. La última vez que ellos habían intentado mandarlo lejos tardó dos meses en regresar al castillo, la realidad era que los cuatro de ellos lo querían muerto pero por temas de la familia Jeon no podían matarse entre sí sin arriesgarse a un castigo que los desheredaría del derecho a gobierno, así que optaban por tener la suerte que el menor de su familia se perdiera y nunca más volviera.

Le hervía la sangre pensar que fue nuevamente engañado, de verdad todos los hermanos de esa familia estaban condenados a no poder matarse entre ellos a pesar de las ganas que cada uno poseía.

El amor de familia.

Ahora mismo el vampiro podría desquitarse a golpes con alguno de los árboles en ese lugar pero decidió conservar la calma, la noche aún era larga y mientras más rápido se ubicara, más rápido volvería al castillo y podría ahorcar con libertad a los cuatro responsables de su repentina estadía en un lugar desconocido.

Pasó un tiempo dando vueltas, incluso teniendo una visión nocturna más desarrollada que otras criaturas, no estaba muy enterado si la salida podría estar cerca o lejos, JungKook estaba harto, enojado y frustrado, necesitaba un tiempo para meditar y ubicarse mejor, o tal vez buscar un lugar para descansar, encontrar algún animal para obtener sangre y recuperar energía y así la noche siguiente elevarse a las copas de los árboles para poder irse, de esa forma el resto del camino sería más sencillo. Teniendo aquello en mente sólo se dedicó a buscar algún lugar donde estar, el cual parecía ser tarea igual de difícil considerando que ha estado caminando por horas, sin embargo luego de otro rato yendo de aquí para allá, sus ojos captaron un terreno circular amplio iluminado con la luz de la luna, sólo pasto en su extensión y una cabaña de madera de aspecto rústico, se veía solitaria como si nada habitara dentro y aquello sonó como un ting en su cabeza de aprobación.

Un poco más animado se dio paso acercándose, pisando un montón de ramas secas en el suelo y esquivando algunas que crecían en los troncos muy cerca de la base. Fue así hasta que llegó al punto donde estaba totalmente despejado, era casi un deleite a la vista luego de estar tanto tiempo obstruida entre tantos troncos. Avanzó un par de pasos directo a la cabaña para tan sólo detenerse en seco luego de que un particular olor a sangre llegó a sus sentidos, todo esto acompañado del crujido de ramas y hojas secas.

Cliché (taegguk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora