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Se había pasado una buena hora de la noche puteando mentalmente a Manuel, lo había bloqueado como si nada, sin motivos, porque él fue el que hizo todo, él le hizo un lío en la cabeza y lo dejó solo arreglándolo. Incluso uno de sus amigos le preguntó qué le pasaba, no quiso decirle, solo se encogió de hombros. Pero tampoco quería cagarse la noche por culpa del otro, él iba a disfrutar todo lo que podía y eso fue lo que hizo.

Amaneció con un fuerte dolor de cabeza en una de las habitaciones de la casa, sintió a alguien a su lado y sinceramente no quiso voltear a ver quién era. Se vistió lo más rápido que pudo y en un cerrar de ojos estaba casi llegando a su casa. Se acostó sin bañarse siquiera y supo que iba a lamentarlo cuando despertara, pero sentía tal malestar que ni siquiera le importaba.
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Su padre le había dado uno de los retos de su vida apenas lo vio, pero no había sido capaz de escuchar nada, se le partía la cabeza y se sentía asqueroso. Esperó a que termine de gritarle y se bañó por un rato; iba a ser un día complicado.
A pesar de que su padre se había mostrado muy enojado, cuando volvió a su habitación después del baño encontró un vaso con agua y una pastilla en su mesa de luz y sonrió antes de tomarla.

Su madre había sido piadosa y apenas lo vio lo mimó todo lo que pudo, le había guardado el almuerzo y le dijo a todos que no lo molestaran. Tal vez se veía igual de terrible de lo que se sentía. Pero a pesar de su bondad sabía que apenas mejorara un poco iba a tener que aguantar algún castigo porque la última vez que había tomado así habían terminado en urgencias y él había prometido que no iba a volver a pasar.

Pero en su defensa, ni siquiera se dio cuenta y pasó por la misma razón que la vez anterior, no había medido lo que tomaba y punto. No fue gran cosa, ni siquiera fue para tanto. Aunque como ya se lo esperaba, al día siguiente no terminó de decir que se sentía mejor que todo tipo de salidas se le terminaron al instante.

Estar encerrado en su habitación lo hacía pensar de más, seguía entrando ocasionalmente al chat de Manuel pero seguía bloqueado. Se había dado cuenta que le había hablado estando ebrio y que el mayor había respondido mal, no sabía qué había pasado y casi necesitaba saber. Según él, nunca hizo nada, por la reacción ajena pensaba que el intentar besarlo el otro día había pasado alguna clase de límite que no sabía que existía, otra cosa no se le ocurría.

No podía creer que dejarse de hablar con el otro o pelearse, no tenía idea, significara tanto para él, le debería importar poco.
Al tercer día de no poder salir de su casa casi deseaba haber pedido alguna vez el número de alguno de los amigos del mayor, porque sí, se hablaban bien, eran agradables pero nunca pidió nada, siempre arreglaba todo por medio de Manuel y ahora sólo le quedaba caerle a la casa, aunque al principio pensó en que no debería porque seguro no lo quería ver, ahora le importaba poco.

Aunque el castigo siguió por un par de días más hasta que su madre olvidó que estuvo cerca otra vez de un coma etílico. Por fin podía volver a su vida social normal lo cual hizo al instante de saber que ya era libre.

Lo primero que hizo fue ir a la casa de un amigo para una previa y de ahí ver a dónde podían ir, que fue a la casa de algún amigo de Manuel. Cuando reconoció el lugar tuvo emociones encontradas, quería ver al mayor y hablar con él, civilizadamente o no, pero al mismo tiempo quería evitarlo a toda costa.

Ya eran casi la 1 PM y no había visto al mayor en ningún lado, había dado algunas vueltas como para tratar de divisarlo pero nada, lo vio a Valentín de lejos pero nada más.

Le sudaban las manos, quería acercarse a hablarle, a preguntarle sobre Manuel, ¿pero si le había comentado lo que pasó? Aunque, ¿qué pasó?.

Igual fue, pensó, le iba a preguntar aunque la posiblidad de recibir un par de puteadas o una trompada estuviese ahí. Así que se acercó con nervios al chico que cuando lo vio le sonrío de lado.

-"Hola, ¿todo bien?". Saludó el mayor, Mateo asintió dando a entender que sí antes de acercase para hablar sobre la música que sonaba en toda la casa.

-"¿Te puedo preguntar algo sobre Manuel?". Apenas lo escuchó, el otro hizo una mueca y antes de mirar un poco hacia las personas que tenía al lado, se alejó de ahí diciéndole a Mateo que lo siga. Terminaron ambos en una habitación que supone era de él porque había fotos de él, su familia y amigos esparcidas por los muebles.

-"¿Vos sabés lo que le pasó?". Llamó la atención del menor al preguntar.

-"Ni idea, eso iba a preguntarte porque me dejó de hablar así nomás".

Vio que el mayor pensaba en algo, parecía que peleaba por decirle o no.

-"Pasa que si no sabés y yo te digo la voy a re cagar y Manu me mata. Además ustedes no son tan amigos entonces no sé, no puedo decirte".

Suspiró pesadamente, quería saber, qué tanto, no sabía cómo convencer al mayor para que le diga. ¿Qué perdía si le decía la verdad? Ya era amigo de Manuel que de por sí no escondía lo que era, así que no había problema con que él le comentara esto que era una tonterías, ni siquiera era en serio.

-"Si te cuento por qué quiero saber, ¿me dirías?".

-"Y depende, si te incumbe posta sí, sino no".

-"Bueno, ya fue...¿viste que empecé hace un tiempo a hablar con él? Bueno... en una de esas él me tiró la boca o algo así, yo se la seguí y de ahí siempre, qué sé yo. Pero la otra vez le traté de dar un beso yo, no quiso y de ahí no me habló más, hace como una semana me bloqueó".

Valentín se quedó mirándolo serio por largos segundos.

-"¿Sos gay?". Mateo abrió sus ojos ampliamente y negó con su cabeza al instante.

-"No, boludo, ni a palos. No, no, ni ahí".

-"Sos... ¿Bisexual?".

-"Nooo, nada de eso. Ni puto ni nada".

Se quedaron ambos en silencio, a Mateo le temblaba todo, no quería que el mayor piense que era gay o algo así, tendría que haber tratado de contar la situación de otra manera que no diera a entender eso.

-"Bueno... Te pregunto porque viste que decir eso por acá es medio un bardo, es peligroso".

-"Ya sé, pero es peligroso si sos puto, sino no, así que no pasa nada".

-"Qué comentario de mierda". Lo que dijo el otro lo dejó en silencio, no pensaba que dijo algo malo. "Pero bueno, andá a saber por qué Manuel te habla si decís esas cosas. Cuestión, algunos pelotudos le cayeron a Manu, por eso no sale y no quiere hablar con nadie, justo por este tema".

-"Le cayeron, ¿cómo... ?". Tenía miedo de entender lo que quiso decir el mayor, esperaba que no sea lo que estaba pensando.

-"Consiguieron el número, lo jodieron por mensajes y en una de esas le cayeron. Lo hicieron mierda y el boludo no quiere decir quién fue".

Sintió una fuerte presión en su pecho, sentía que le dolía físicamente, justo una de las cosas que más temía le había pasado al otro.

-"¿Pero él sabe? ¿Por qué no dice nada? Tiene que decir algo, le caemos a ese gente con mi viejo".

-"Dale Mateo... Tu viejo nunca defendería algo así, pensalo un poco".

No quería creer eso, quería pensar que su padre era un poco más humano ante una situación así.

-"Mi viejo no es un forro, vos no lo conocés, no podés hablar por lo que sabés de afuera...". No supo qué más decir, ni siquiera estaba seguro, pero Valentín suspiró asintiendo como dando por terminado ese tema.

-"Ponele... pero bueno, eso, si Manu no quiere hablarte dejalo tranquilo, la está pasando re mal ahora".

-"Decile que me desbloquee, sino no tengo cómo contactarlo".

El ceño del mayor se frunció y su mirada era algo intimidante, como si quisiera ver profundo en él.

-"¿Te gusta?".

-"¿Manuel? Ni ahí, somos amigos".

Sin decir mucho más, Valentín abrió la puerta dando a entender que ya podía irse así que eso hizo, aunque ahora pensaba en que alguien en su barrio golpeó a Manuel y eso le hervía la sangre.
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Siempre hago sufrir a Manuel, perdón, es más fuerte que yo (?)

¿? - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora