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Había pasado una de las noches más difíciles emocionalmente, se había prácticamente quebrado, había sido tan débil que le escribió a Manuel, algo que pensó que no se iba a animar a hacer nunca. En el momento parecía la única opción y si lo veía ahora, si lo analizaba, pudo haberse calmado lo suficiente para evitar hacer el ridículo y lograr dormir en su casa.

Pudo haberse ido con cualquiera como ya estaba acostumbrado a hacer, entonces no iba a necesitar llamar a nadie. Le daba vergüenza porque incluso los amigos de él lo ayudaron a calmarse. Parecía haber estado al borde de algún tipo de ataque y se sentía tan patético.

Estaba agradecido por la ayuda en ese momento, pero ahora no quería volver a tener nada de eso.

Se había sentido tan horrible cuando le escribió a Manuel y le preguntó quién era, seguro lo había eliminado y le pesaba. Porque seguía molestándolo incluso ahora, después de que se fue, que según sus amigos ya estaba viendo a alguien más. Así y todo, el mayor había tenido la amabilidad de ayudarlo igual.

Le habían llegado las llamadas del otro pero no las quiso contestar, no quiso atenderlo. No podía dar la cara por su estupidez. Recibió su mensaje pero no, no se animaba siquiera a decirle cualquier cosa. No le clavó ni el visto, sólo eliminó el chat sin abrirlo.

Seguro se iba a arrepentir por no aprovechar la llamada, pero no podía ser tan egoísta.

Había puesto su mejor cara, se había bañado y preparado para afrontar su realidad. El podía, lo había aguantado varios meses, qué le hacía un tiempo más. Y así lo hizo, habían pasado días enteros de ignorar a Manuel y a sus amigos. Ocasionalmente les clavaba el visto pero no contestaba nunca.

Ese día se había sentado a almorzar, el desayuno ya se lo perdía desde hace rato. Le dolió un poco pensar cómo su padre le hacía prometer que iba a estar para el desayuno en familia aunque saliera de noche. Directamente ahora no le pedía siquiera que no llegue tarde.

Trataba de pensar en lo que sea que haya hecho para que esté así, no se le ocurría nada. Nunca le faltó el respeto y jamás se había enterado las veces que se metió en problemas. ¿Por qué estaba así ahora?.

Comió en silencio, su familia hablaba y se reía pero él no era parte de eso. Trató de meterse en las conversaciones pero no sentía que le saliese bien. No terminaba de comprender si era él o su familia. Su padre seguro, ¿pero por qué su mamá y su hermano estaban tan cortantes con él?.

Pasó el resto del día sentado en la sala de estar, hacía tiempo que no estaba con su familia, la dinámica que manejaban casi no se la acordaba. Había pasado demasiado tiempo fuera de su casa, demasiado tiempo con personas que no conocía y ahora parecía que él era el extraño en ese lugar.

Por mucho que tratara no podía quedarse ahí. Decidió que debía dormir para poder aguantar toda una noche fuera otra vez.
____

Mientras estaba en la casa de un tipo que acababa de conocer, empezó a pensar que fue una muy mala idea. De repente no quería nada y sólo quería irse. La primera vez que dejó que alguien lo chamuyara y terminaba en ésto.

El tipo había sido muy encantador, y ahora que lo pensaba, demasiado simpático. Era bastante más grande que él, le daba por lo menos... unos 30 años, para ser amable.

En qué estaba pensando cuando accedió a ir a la casa de un desconocido de esa edad. Una cosa era un pibe de su edad, otra era ésto. Pero en el boliche le pareció una muy buena idea, de hecho nunca lo habían besado tan bien. Debió haber sospechado de eso.

Y para ser sincero, había estado muy dispuesto a coger con el tipo si no fuera porque sacó esa bolsa y con una tarjeta estaba dándose pases frente a él. No era la primera vez que veía a personas hacer eso, la mitad de sus amigos tomaba y su padre le había hecho jurar que no iba a probar, y sí, había hecho cosas que prometió que no haría, pero esa promesa estaba intacta.

¿? - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora