29

787 119 52
                                    

Tuvo la peor noche de su vida, todo el odio que había recibido de su padre, a pesar de ser justificado, le había lastimado todo su ser. No creía que pudiese ser funcional en ningún futuro después de eso.

La manera en que siempre admiró a su padre, cómo lo amó tanto porque era el mejor padre del mundo. Nunca les dejó faltar nada, siempre los ayudó con todo, los aconsejó con lo mejor.

A él particularmente le enseñó todo lo bueno que tenía, todo lo que sabía sobre la calle, sobre la vida, ¿para qué? Para fallarle a la primera de cambio. Entendía su enojo, que no pudiera siquiera mirarlo a la cara.

Ante todo el temor a lo desconocido, a la ansiedad y el dolor, decidió que era lo mejor apagar su celular. Ésto no era algo que podía arreglarse al llamar a Manuel, el mayor era parte del problema, aunque no lo supiera.

Se iba a calmar lo suficiente solo, tenía que pensar cómo arreglar todo eso. Lo iba a solucionar como sea.

La mejor decisión que había tomado, tal vez la única, había sido apagar su celular esa noche, porque pudo entrar en razón durante dos días enteros. Él solo con sus pensamientos, con sus ideas, con sus soluciones. Y tenía varias que no incluían que su padre lo perdone, todas tenían que ver con él y en cómo se iba a tomar su vida de ahora en más.

Era como si no fuera él mientras encendía su celular y buscaba rápidamente el contacto de uno de sus llamados amigos, no le hablaba hace mucho, pero bueno, nunca era tarde para arreglar relaciones.

'amigo necesito un favor'

Envió el mensaje y de inmediato abrió el chat de Valentín, tenía una cantidad increíble de mensajes preguntándole cómo estaba. Eran mensajes acumulados de hace días, mucho antes de la otra noche. Clavó el visto en las siguientes conversaciones y fue directo al de Manuel. Leyó con un fuerte dolor en el pecho cómo le preguntaba sobre su bienestar.

Sólo él podía dejar ir semejante ser humano. Sólo él era tan estúpido como para querer arruinarle todo incluso cuando sabía que estaba en otra. Sus amigos le habían dicho que estaba viendo a alguien y sí, era obvio, ¿quién no quisiera salir con Manuel?.

De tan sólo pensar que le hablaba bajito a alguien más, que besaba casto y suave a algún otro... Tuvo que eliminar su chat, lo bloqueó y eliminó su número. Eso mismo hizo con todos los amigos de él. No se animó a hacerlo con Valentín, era el único al que a veces le contestaba.

Su celular le vibró con una notificación nueva y la abrió de inmediato.

'decime amigo'

Genial, sonrió de lado mientras escribía la respuesta.

't caigo en 10, así hablamos trank'

Se fue directo a bañar, se preparó, trató de que pareciera que estaba todo bien a pesar de que por dentro estaba más que destruido. Era muy temprano, como las 19 hs, iba a tener que pensar qué hacer después durante el resto de la noche.

Lo primero que hizo fue sonreír amplio al verlo y lo saludó con un golpe en el brazo. No eran los mejores amigos, pero por cuestión de estúpidos puestos sabía que podía contar con él.

-"¿Todo bien? Te desapareciste banda de tiempo". Fue lo primero que le dijo el más alto al estar sentados en la sala de estar, tenían una lata de cerveza cada uno y no pudo evitar reír. Era su amigo... y no tenía idea ni un poco sobre él.

-"Ando con problemas... por eso el favor, la tengo que terminar ".

-"¿En cuál andás?".

Se aclaró la garganta, los nervios estaban ahí.

-"Hay un pibe que me jode... mal. Todo el tiempo, me lo tengo que sacar de encima".

-"¿Querés que le caigamos?".

Asintió con su cabeza en respuesta.

-"De una amigo, pero le quiero caer yo".

El otro se rió, ya sabía que sonaba poco creíble, él nunca se había metido en eso ¿y que ahora quiera tanto arruinarle la vida a alguien? Poco creíble.

Pero estaba preparado para eso, así que iba a usar aquello que sabía que el mayor no se iba a poder negar.

-"Es un puto de acá, me molesta todo el tiempo, me hace la vida imposible. Me lo tengo que sacar de encima sí o sí". Sabía dónde estaban sus botones y relativamente no estaba mintiendo, el tipo era él mismo. "Y necesito un fierro, no lo aguanto más".

-"¿Pero y uno de tu viejo?". Ya sonaba preocupado. Quiso reírse. Se preocupaba porque lo molestaba alguien que describía como puto, pero no porque en realidad le estaba pidiendo un fierro para terminar con él.

-"Naa, no le toco las cosas a mi viejo".

Vio cómo el otro suspiró antes de levantarse. Esperó por un rato. Se sentía con náuseas, nunca hizo esto, de hecho jamás había apretado el gatillo de un fierro. Sí había estado cerca, había sentido el frío pesado en su mano, pero nunca para usarlo él. Estaba muerto de miedo. Pero no iba a demostrarlo y en cuanto lo vio volver y extenderle el objeto, lo tomó.

Esperaba que no se notara que estaba temblando cuando se paró para ver si tenía el seguro puesto y revisaba el cargador. Se levantó el buzo y lo acomodó firme contra su piel, odiaba el escalofrío que le provocaba tener algo tan nocivo tan cerca de él.

-"¿Estás seguro? Mirá que le podemos caer nosotros". Su amigo ahora sí parecía preocupado, como si no confiara en él.

-"¿No confiás en mí?". Le sonrió antes de acercarse a la puerta. "Te lo devuelvo al toque, cuando arregle todo".

-"Si, no hay problema, avisame nomás".

-"Gracias wacho, nos vemos". Fue lo último que dijo antes de salir de ahí e ir directo a una plaza. Era apenas de día todavía y se sentía muy fuera de lugar a pesar de que nadie siquiera lo miraba. Pero sabía lo que tenía consigo y se le revolvía el estómago al ver a algunos pocos niños corriendo y jugando con sus padres.

Su padre solía traerlo a jugar, pasaban toda la tarde en las hamacas y le compraba helado. Pero su padre ya no era ese hombre. En ese momento no era nadie, sólo era su papá. Ahora era Pedro, el que manejaba a la junta del barrio y al parecer, a éste hombre le importaba más su trabajo que su hijo. Sabía que al hombre de antes le hubiese interesado más su bienestar, al menos lo hubiese dejado disculparse y excusarse correctamente.

Él nunca quiso la vida que llevaban. Siempre estuvo bastante alejado de todo al menos, pero saber en las que andaban sus seres queridos, las que hacían, los códigos que tenían. Él no quería eso.

Cuando tenía 10 años y su padre quedó con ese trabajo, parecía genial, todos lo decían. A él sólo le importaba que ya no iban a jugar a la plaza. Qué le importaba todo lo demás, ya no lo veía seguido, no jugaban casi nunca y cuando estaba en la casa siempre hablaba de cosas serias.

Su hermano menor ni siquiera lo conoció así, eso era muy triste. No iba a jugar a la plaza a menos que él lo llevara. Se empezó a sentir como una basura, ¿iba a dejar al menor en ese mundo solo?.

Pero él al parecer quería ser mucho como su papá. Mateo no, quería ser como los amigos de Manuel, quería lo que tenían ellos. Quería amigos reales, no los que le dio el trabajo de su papá. Gente que lo apoyara en verdad, si quería estudiar, si quería trabajar, lo que sea. No quería el peso de saber que iba a tener que heredar un trabajo que no le gustaba, o tener que cumplir ciertas reglas para tener una imagen limpia.

Estaba harto, él no tenía nada que ver ahí, y se iría contento si no fuera que amaba a su familia con todo lo que tenía. Los amaba a muerte, sobre todo a su padre. Ojalá pudiera odiarlo para demostrarle que su vida no se había arruinado como él dijo, pero la verdad era que siempre tuvo razón. Su padre siempre tuvo razón en todo y ahora no era la excepción.
______________________________________

Dije que quedaba uno y en teoría sí pero en dos partes, así que 1 de 2.

¿? - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora