"Estamos tan seguros de ello como de que el Sol saldrá mañana."
Y si el sol dejara de salir, de un día a otro, sin previo aviso, ¿qué haríamos?
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De pronto nadie puede saber cuándo es de día y cuándo de noche. El sol no sale por...
• El cansancio no era una condición a la que pudiéramos subestimar, mucho menos ignorarla. Mi mente estaba siendo exprimida cuan limón, tratando de sacar cada idea de ella para poner en la mesa todas las opciones en las que podía pensar y otras más que solo se convertían en una vaga posibilidad desde mis billones de hipótesis; y como me gustaría que esa cantidad no fuera solamente una expresión, que uso tan a la ligera desde siempre.
Para contrarrestar el malestar que el cansancio me provocaba, haciendo que mis ojos no pudieran mantenerse abiertos y la cabeza me diera vueltas imposibilitando mi capacidad para conectar ideas y recordar información, tomaba un café con una buena y moderada cantidad de cafeína, además, aunque con este horrible frío no era apetecible, una bebida energética venía en mi mano izquierda, pues, por razones que no quiero ni necesito buscar ahora, el café sin compañía provocaba que me sintiera tan bien que solo quería dormir, necesidad humana que no podía satisfacer en estos momentos; necesito todo el tiempo posible para encontrar una solución a todo esto. En caso de que fuera un fracaso, solo espero que alguien más, no importa quién, haya encontrado una forma de salvar a la Tierra.
Y mientras llevaba dentro de mí billones de fórmulas matemáticas y recordaba las historias apocalípticas más lógicas que An me había contado, pude ver a Yuzuriha y Onoga llegar. Taiju, quien ya los esperaba en las puertas del edificio estudiantil, corrió afuera para hablar con Yuzuriha. No dudé en saludarlos, desde la ventana del segundo piso, para luego seguir en mis cavilaciones y bebiendo mis dos latas de cafeína, una con ginseng.
Mientras tanto, observando como el Sol poco a poco se escondía tras aquella capa de oscuridad absoluta, bajé mi mirada al patio; Onoga caminaba a paso rápido dentro del edificio y los tórtolos hablaban, aunque lo que llamó mi atención fue ver que Yuzuriha sostenía un objeto pequeño en sus manos. Desde esta distancia me era imposible detallarlo, más ahora que la luz escasea nuevamente, pero podía asegurar que era una figura como de un ave pequeña. Y estaba a punto de llamarla para que viniera y me mostrara lo que traía cuando a la lejanía un fulgor desconocido se hacía presente, iluminando como las luces que nos hacían falta en la ciudad. La luz verdosa avanzaba lentamente, o sencillamente estaba demasiado lejos de nosotros; y mientras se acercaba nuestros celulares comenzaron a sonar. Las señales habían vuelto, y la gente comentaba como loca en redes sociales. Un momento, unos pocos segundos, mi cuerpo se sintió ligero y sin sueño, porque un suspiro de alivio salió de mis labios junto a una sonrisa. Increíble, ¿en realidad ya estaba resuelto? O será … ¿será que la hipótesis de An fue acertada? ¿es porque no tenemos esperanza que se dieron por vencido, todo el mundo, y solo han vuelto las comunicaciones para que "disfruten" de lo poco que tengan de vida?
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Mi vista se desvió de mi móvil y volvió a la ventana. Mis ojos no pudieron evitar abrirse en signo de sorpresa, viendo a aquella luz verde avanzar a gran velocidad hasta nosotros. Yuzuriha y Taiju tampoco entendían lo que sucedía y el grandulón le mandó a ella que se aferrara al árbol del patio, mientras él se colocaba en frente, por lo que pude entender.
