⫷Capítulo 6⫸

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Malfoy no podía creer lo que veían sus ojos, cuando vio que Harry y Ron todavía estaban en Hogwarts al día siguiente, con aspecto cansado pero muy alegres.

Por otro lado, Harry le habló a Ron y a Amelia de un paquete que había sido llevado de Gringotts a Hogwarts, y pasaron largo rato preguntándose qué podía ser aquello para necesitar una protección así.

Es algo muy valioso, o muy peligroso —dijo Ron.

O las dos cosas —opinó Harry

Amelia asintió.

Pero como lo único que sabían con seguridad del misterioso objeto era que tenía unos cinco centímetros de largo, no tenían muchas posibilidades de adivinarlo sin otras pistas.

Ni Neville ni Hermione demostraron el menor interés en lo que había debajo del perro y la trampilla. Lo único que le importaba a Neville era no volver a acercarse nunca más al animal.

Una semana más tarde durante el desayuno, las lechuzas volaban por el Gran Comedor, como de costumbre, la atención de todos se fijó de inmediato en un paquete largo y delgado, que
llevaban seis lechuzas blancas.

La lechuza se detuvo justo frente a Harry, dejando el paquete delante de él. 
Ya se estaban alejando, cuando otra lechuza dejó caer una carta sobre el paquete.

Harry abrió el sobre para leer primero la carta, y luego se la leyó a Amelia y a Ron en voz baja:

NO ABRAS EL PAQUETE EN LA MESA Contiene tu nueva Nimbus
2.000, pero no quiero que todos sepan que te han comprado una
escoba, porque también querrán una. Oliver Wood te esperará esta noche en el campo de quidditch a las siete, para tu primera sesión de entrenamiento.

Profesora McGonagall

—¡Una Nimbus 2.000! —gimió Ron con envidia—. Yo nunca he tocado ninguna.

Wow Harry— exclamó Amelia— Que suerte.

Salieron rápidamente del comedor para abrir el paquete en privado, antes de la primera clase, pero a mitad de camino se encontraron con Crabbe y Goyle, que les cerraban el camino. Malfoy le quitó el paquete a Harry y lo examinó.

Es una escoba —dijo, devolviéndoselo bruscamente, con una mezcla de celos y rencor en su cara—. Esta vez lo has hecho, Potter. Los de primer año no tienen permiso para tener una.

No es ninguna escoba vieja —dijo Amelia orgullosa—. Es una Nimbus 2.000.

¿Cuál dijiste que tenías en casa, Malfoy, una Comet 260? —Ron rió con aire burlón—. Las Comet parecen veloces, pero no tienen nada que hacer con las Nimbus.

—¿Qué sabes tú, Weasley, si no puedes comprar ni la mitad del palo? —replicó Malfoy—. Supongo que tú y tus hermanos tiene que ir reuniendo la escoba ramita a ramita.

Antes de que Ron pudiera contestarle, el profesor Flitwick apareció detrás de Malfoy.

No se estarán peleando, ¿verdad, chicos? —preguntó con voz chillona.

A Potter le han enviado una escoba, profesor —dijo rápidamente Malfoy.

Sí, sí, está muy bien —dijo el profesor Flitwick, mirando radiante a Harry—. La profesora McGonagall me habló de las circunstancias especiales, Potter. ¿Y qué modelo es?

Una Nimbus 2.000, señor —dijo Harry, tratando de no reír ante la cara de horror de Malfoy—. Y realmente es gracias a Malfoy que la tengo.

Inefable // H.GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora