Candy [Rubegetta]

Golden

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-¿Eres tontito o te pegan en casa?- Gruñó el azabache mientras que el castaño gritaba groserías sin parar, estaba enredado en el hilo de su pesca, ahora esperaba tener suerte para ponerle reparación, si no su caña más poderosa acabaria rota. -¿Podrías ayudarme de una vez?- Vegetta solo asintió, soltando una risa viendo lo indefenso y patético que se veía aquel chico, que tenía el sueño fruncido. Tal vez a la noche preparé algo con chocolate, algo amargó, como galletas.

-Gracias- Recitó luego de estar libre y cómodo. -Para eso estoy, no sé qué hacías sin mi la verdad-

«Posiblemente nada»

-Sí, como sea ¿Vez a todos esos peces? - La caída del sol hacia de alguna forma más visible a los peces que parecían bailar sin destino alguno en el cristalino líquido salado. Rubius parecía ilusionado, la verdad es que no le gustaba ir de pesca, le parecía aburrido, pero en aquella oportunidad parecía como algo hermoso, histórico. Ambos chicos uno al lado del otro decididos a pescar cualquier cosa, una alma, recuerdos, sentimientos, posiblemente un resfriado y peces sería la respuesta más exacta.

-¿Quieres quedarte a dormir en la isla? Tu casa ya está muy lejos y no creo que quieras exponerte al peligro- Rubius capacitó ¿Estaba él invitándolo a quedarse en su casa? Sí, no se negaría, realmente le parecía algo encantador, porque el dueño de aquellos ojos púrpuras no estaba quejándose o gruñiendo por alguna tontería. Realmente él parecía preocupado, como con un instinto protector -Podrías tomarlo como una pijamada de chicos, de machos alfas- Soltó como último el azabache, riendo por su tontería y por la pose que mantenía, que era la típica pose de un físico culturista. -Aceptó, pero sólo si haces comida y algo de vino- Se observaron, ambos estaban sentados en la orilla del lago que tenía Vegetta en su gran isla, el agua era tibia y calmada, como la noche -Me parece justo, de todos modos recogí muchos pescados hoy, tal vez solo me alimente de pescado estos días-

-¿Solo pescaste peces?- Vegetta asintió, esa pregunta le extrañaba, habían estado pescando juntos ¿Ruben no había notado lo que pescaba? -¿Por qué? - Preguntó dudoso, pensaba que le ocultaba algo, pero algo en su interior no quería desconfiar de él, no quería, tal vez podrían hablar de eso en otro momento -Por nada- Rubius mintió, por unos momento olvidó que debía preparar otro postre a él.

«Pudiste haberme pescado a mi»

Rubius estornudo fuertemente, estando su nariz tapada y teniendo un aspecto algo cansado, tal vez debería trabajar en su salud. -Bueno yo veo que tú pescaste un resfriado. Anda, entremos, tal vez algo de whisky te haga sentir menos enfermo-

«No te ilusiones porque él es un idiota»

Sí, Rubius es un idiota.