Lover

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-No sabía que cocinabas tan bien, para nunca siempre tener hambre, la verdad me sorprende- Dijo el pelinegro mascando parte de la pizza que se había ofrecido a hacer el castaño, luego de que el dueño de la casa se afreciera a darle cobijo esa fría noche. -Bueno, como no tengo mucho que hacer estos días me he dedicado a esto- Tomó un poco de su vaso con wiscky, según Vegetta era bueno para el resfriado y tenía razón, su garganta dolía hace un rato a más no poder antes de beber de aquel licor.

-¿Te puedo preguntar algo?-Rubius asintió dejando la su vaso en la mesa que ya muchas veces había visto. El ambiente era cálido, la chimenea estaba al fuego vivo, el pelinegro sudaba inquietó a decir su pregunta, no quería poner todo tenso, pero era muy obvio que aquello ocurriría, ambos eran tan distintos. Pero en la mente de Rubius, todo era tan bello, podía ver como los ojos amatistas brillaban mientras se posaban en su miserable existencia. -¿Tú.. Eres de la hermandad? - Y ahí es cuando la esperenzada expresión de algo bueno, le cambió totalmente a una seria y de pronto a una molesta, le indigaba la pregunta, porque significaba que desconfiaba de él -Lo pregunto por que Willy.. - Oh no, había nombrado a él, el chico para Rubius innombrable, que si que era su hermano, pero odiaba que Vegetta no pudiera no nombrarlo en algún momento. -¿Willy qué? ¿Te dijo que tal vez yo sabía algo? Hace poco escuché de esa porquería de hermandad porque habían secuestrado a mi Tupac ¿Por qué no lo llamas y le dices que venga a hacerte compañía? Se nota que no te lo puedes sacar de la cabeza- Soy patético, pensó Rubius. Y Vegetta sólo se llevó su mano izquierda al puente de su nariz, respirando profundo y re soplando con fuerza, se notaba algo estresada y era entendíble, era difícil dialogar con Rubius cuando él se ponía de mal humor. -Tienes razón, el whisky está algo fuerte y soy algo difícil de controlar con el alco..-

Sus ojos se abrieron en grande, estaba sintiendo como los labios suaves y húmedos del mayor estaban posados sobre los suyos, en un beso, el cual siguió. Era inevitable no hacerlo si sus mejillas ardían por el alcohol, el calor de la chimenea ya los tenía algo adormilados. Se separaron por falta de aire, tan clásico. -Perdón- Se disculpó el azabache agachado un poco la cabeza. Rubius pensó que los labios de Vegetta eran igual de dulces como sus postres.

-No importa- Realmente si importaba porque su mal humor había sido olvidado, sus ojos estaban pesado en sueño, esperaba que aquello no fuera un sueño. Por suerte no fue así.

-¿Dormiste bien?- Estaba Vegetta preparando el desayuno en la fría mañana, la verdad era extraño que Rubius despertará a aquella hora, pero la falta de la presencia de Vegetta le hizo sentir vacío, y eso que era primera vez que dormía con él. -Me duele mi cabeza, eh, pero ni pienses que voy a tomar whisky para quitar el dolor de mi cabeza- Soltó una risita la cual siguió Vegetta negando con la cabeza -Graciosito ¿Te divertiste a noche?- La verdad es que eso sonaba muy mal ¿Había algún recuerdo que su mente había olvidado de la noche anterior? -Divertirse de que forma.. ¿Nosotros tuvimos..?-

-No, cabezón, hablaba sobre la platica que tuvimos y las partidas que nos hechamos al "call of duty"- Rubius asintió -Oh sí, me divertí mucho la verdad- Su rosa era nerviosa, lo bueno es que recordaba el beso que habían tenido. -¿Tú te divertiste?- Vegetta asintió. -Sí, la pasé bien-

«¿Eso quiere decir que le gustó el beso? ¿Recuerda el beso? ¿Por qué lo habrá hecho? ¿Habrá pensado en Willy cuando lo hizo? Tal vez le pregunté..»

-¿Tú por qué me..? - Se quedó con la palabra en la boca, porque el pelinegro dejó un plató con whaffles, crema batida, fresas y una chocolatada y sus ojos sólo podieron brillar al ver lo apetitoso que aquello se veía, olvidó sus palabras y devoró aquel plato con hambre.

«Posiblemente podríamos ser buenos amantes de nuestra bella noche, osito»

Candy [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora