Capítulo 4

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----Hiro----

Ya llevábamos tres semanas saliendo, las cosas iban por buen camino, Koru sigue siendo bueno conmigo, pero aún me resisto a entregar por completo mi corazón. Se que debería darle una oportunidad, sin embargo da tanto miedo.

Se que es debido a las veces en que me han herido las personas en las que confiaba, lo que a hecho que mi corazón se vuelva más desconfiado y frívolo, pero al llegar Koru hizo que mi corazón se volviera más blan...

-¡Señor Hiromy le molestaría bajar de la luna que está en clase! -el profesor me miraba enojado, mientras la clase reía- Bien ahora que lo tenemos de vuelta, podría pasar si quiere su majestad a resolver el ejercicio.

-Si profesor -dije sin ganas, avanzando por la clase con la cabeza agachada y encogiéndome, resolviendo el problema rápidamente para volver a mi lugar.

Me mantuve encogido, nervioso sintiendo una mirada contra mi nuca, solo esperando que acabara esta clase para huir con Koru, es una lástima que tengamos electivos distintos.

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Por fin el timbre indicaba el final de las clases había sonado, iba saliendo del salón rápidamente, cuando alguien sujetó mi brazo deteniendo mi huida, de inmediato mis sentidos se pusieron en alerta y mi corazón se detuvo por un segundo, estaba completamente desprotegido al no tener la presencia de Koru velando por mi seguridad.

Tome aire para enfrentarme a quien fuera, pero al ver esos cálidos ojos carmín, mi alma volvió a mi cuerpo y sonreí ligeramente.

-Koru -Le dije un un suspiro acercándome a él.

-Hiro que malo te ibas sin mí -dijo Koru fingiendo estar dolido, mientras me abrazaba por la cintura con la mano que estaba antes sujetándome el brazo.

-Perdón no sabía que venías por mi hoy, pero ya que estamos listos, vámonos -él agarró mi mano y comenzamos a caminar a mi casa.

El camino fue agradable, entre conversaciones triviales, bromas y un silencio agradable, al punto de que cuando visualicé mi casa me sentí triste.

-Bueno listo, llegamos -dijo parando en la puerta de mi casa, me volteé para ver a Koru, sin notar que estaba haciendo un pequeño puchero mientras lo miraba.

-Koru tengo una duda ¿por que siempre me vienes a dejar? En vez de irte tu también a casa, debes demorarte mucho en llegar a la tuya por venir conmigo -pregunte para retenerlo un poco más a mi lado, vi como soltaba una risita, antes de abrazar mi cintura y se colocó serio.

-Hiro mira la repuesta a tu pregunta es simple, primero mi casa está a unas cuadras más allá, así que no me desvío, segundo no te dejaré irte sólo porque quien sabe si aparece un tipo, se da cuenta de tu adorable carita y te pone sus garras encima, mientras no estoy para cuidarte -dijo sincero y yo me sonroje por el comentario- Por último y más importante donde estés tu, yo quiero estar-esto me hizo sentir un calor enorme en mi pecho y felicidad, así que dejándome llevar, coloque mis manos tras su nuca.

-También donde tu estés quiero estar -Koru me miro sonriendo complacido al escuchar mi respuesta.

-Me toca preguntar -yo me límite a asentir-¿Por que eres tan frío normalmente? -lo mire y decidí decirle la verdad, más al toparme con sus ojos normalmente cálidos al verme, serios y expectantes.

-Porque miedo de enamorarme de ti y que me lastimes tanto que no podré recuperarme de perderte, porque a cada segundo te ganas un lugar más grande en mi corazón y es jodidamente aterrador-el me miro entre decepcionado y molesto, por lo que me arrepentí de abrir la boca, pero estaba tan ansioso que era incapaz de separarme o apartar mis manos, no quería arruinar más las cosas.

-¡Escúchame bien Hiromy, yo jamás te lastimaría y no me cansare de repetirlo hasta que lo entiendes!-me asuste cuando grito, ya que normalmente no alzaba la voz cuando yo estaba, así que instintivamente me aparte- Lo siento cariño, es solo que me enoja que no confíes en mi, no quise gritarte, pero no pude evitarlo -el me abrazo y lo correspondí al instante acurrucándome en su pecho, sintiendo como enterraba su nariz en mi cabello.

-No es que no confíe en ti, es que mi corazón está demasiado herido por las personas que he querido, así que no puedo evitar temer ¿entiendes? -dije contra su pecho.

-Tranquilo estoy aquí mi pequeño cachorro herido, yo voy a sanarte-dijo apretando me más, lo que acababa de decir hizo que me avergonzara, pero no me molestaba.

-¿Puedes quedarte hoy? Preferiría no quedarme solo, pero entiendo sino puedes -lo mire con ojitos y un puchero, sabiendo que era él mejor método para conseguir algo con él.

-Claro que puedo cachorro -beso mi frente y yo me aparte un poco para abrir la puerta.

-¿No tienes que avisarle a tu familia de que no llegarás hoy?- pregunte curioso, ya que no había visto que sacara su celular para llamar o mandar un mensaje.

-No es necesario, tengo la libertad para hacer lo que quiera, así que no te preocupes pequeño- me dio un beso en la mejilla, para caminar hacia la cocina.

-Si tú lo dices -Me senté en la encimará para ver cómo comenzaba a sacar cosas de la alacena y cajones- ¿Que haces Koru?

-Pues voy a empezar mis cuidados dandole de comer a mi pequeño, para que no se enferme -se acerca para besarme en la punta de la nariz y luego en los labios.

-Gracias Koru -Le sonreí sabía que estaba sonrojado hasta las orejas, el solo río y siguió preparando lo que parecía ser pasta.

Cuando estaba todo casi listo y solo faltaba que la pasta se cocinara, se acercó para colarse entre mis piernas, colocando las manos en los lados de mis piernas y comenzar a repartir pequeños besos en mi cuello, mandíbula y mejillas. Suelto suspiro al sentir un escalofrío.

-¿Koru? -le llamó tímido, mientras él sigue besándome y solo hace un sonido para que yo sepa que me escucha- Creo que la pasta ya está lista -estaba nervioso y más al empezar al sentir un cosquilleo en mi entrepierna.

-Tienes razón Hiro -Dijo apartándose para darme un pequeño beso en los labios e ir a ver la comida, notaba su sonrisa divertida, mientras yo desviaba la mirada hacia abajo avergonzado y con el corazón latiendo rápido.

Escuche el sonido de los platos, pero estaba demasiado avergonzado para mirar lo que hacía, hasta que volví a sentirlo entre mis piernas y como me agarraba de los muslos apartándome de la mesa.

-Vamos a comer cachorro y luego a dormir, necesitas descansar también -dijo tranquilo, yo solo me escondí en el espacio de su cuello, escuchado como reía en respuesta y luego me dejaba en una silla apartándose para sentarse a mi lado.

Comimos en un silencio cómodo, tampoco me sentía capaz de hablar así que agradecí que no lo hiciéramos, luego nos preparamos para dormir y nos fuimos a acostar, me acomode entre los brazos de Koru, pero a diferencia de como era siempre estaba muy nervioso para dormirme, fingí hacerlo por un rato mientras esperaba que se durmiera y cuando percibí que lo había hecho, suspire, después de un rato pude quedarme dormido, gracias al cansancio.

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Estábamos durmiendo tranquilos, cuando  despertamos por el sonido del celular de Koru, el contesto cuando lo llamaron por tercera vez, se levantó de la cama y salió de la habitación para hablar, suspire y me voltee para ver el reloj en mi mesa de noche, pero me sorprendí al ver que eran las 5 de la mañana, noté como mi novio volvía, así que giré para verlo notando su gesto molesto entre la oscuridad.

-Pequeño me tengo que ir -beso mi cabeza y se fue de la habitación, dejándome con las palabras en la boca.

Me levante y vi por la ventana como se subía a un auto negro, yéndose.

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Espero que les haya gustado.

Tengo miedo de enamorarme (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora