Capítulo 5

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----Hiro----

Hoy definitivamente no era un buen día, lo supe en cuanto recibí un mensaje de Koru diciendo que no podría venir a buscarme para ir juntos al instituto y luego cuando pasó la primera hora de clases sin señales de él.

Terminada la segunda hora estaba listo para huir, porque para este momento no sería el único que notará la ausencia de mi chico.

-Oh pero si es el pequeño Hiromy ¿donde está tu niñera? ¿Se aburrió de ti? -dijo uno de los tarados acercándose a mi y sujetando mi barbilla-Mira Hiromy te hemos extrañado bastante desde que ese gigante idiota llegó, no pudimos pasar tiempo juntos y divertirnos.

-¡Ni se te ocurra volver a llamarlo gigante idiota, una cosa es que molesten a mi y otra muy distinta es que lo insultes a él- grite molesto, sacando agallas de donde no tenía.

-Chicos miren, pero si nuestro pequeño ahora tiene garras -hablo sarcástico, mofándose con los otros- Yo quería ser bueno, sin embargo ya que te pones así te daré dos opciones una es que hagas lo que decimos y la otra es que no lo hagas, pero puede ser que alguien le cuente al nuevo tu sucio secreto -Haruo sabía demasiado de mi y eso solo le daba poder, que él no dudaba en usar- Tranquila babosa, no saldrá de nosotros nada a menos que no obedezcas ¿entendido?

Estaba contra la espada y la pared, tenía más que perder que ganar, no le temía tanto a una paliza como a la soledad que tendría si perdía a Koru, suspire aceptando mi derrota.

-Está bien, pero por favor no le digan nada -suplique notando como mi voz se quebraba.

-Por su puesto, somos hombres de palabras -todos rieron y se fueron acercando, algunos incluso se tronaron los dedos en un gesto muy cliché para mi gusto.

-¿Que quieres que haga? -dije poniendo la voz más neutra que podía, intentando tragarme mi miedo, porque esto lo hacía por Koru.

-Buen chico primero nos pagarás las palizas que nos debes y ya que se tenemos tiempo las pagarás ahora -terminado la frase me dio un puñetazo en el estómago, haciéndome perder el aire y las fuerzas para mantenerme de pie.

Fue esa la señal que dio inicio a mi castigo y pago por mantener sus bocas cerradas.

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Cuando terminaron tenía golpes por todas partes, tenía algunos raspones y estaba mareado.

-Bien ya terminado por hoy, recuerda ni una palabra a ese o verás de lo que somos capaces -salieron de hay dejándome sólo tirado en el piso.

Mierda... esto es una mierda era lo único que podía pensar, pero mi celular me saco de mi auto compasión.

Vi que era mensaje de Koru, por lo que abrí el chat para leerlo.

Hola cachorro, estoy muy enfermo y solo en casa, ¿no quisieras venir a ver a tu podré novio?
Te amo

Me levante con cuidado del piso, no quería que Koru me viera en está estado tan de migrante, así que lo mejor sería decirle que... el molesto sonido me asusto por lo que conteste la llamada sin pensar, escuchando la gangosa y débil voz de mi novio.

~Hola cachorrito.

~Hola -dije lo más neutro posible, ya que el hablar había dolido.

~¡¿Hiro que sucede?! ¡¿Donde estas?! -su voz se alzó sonado rasposa y acabando con una seca tos por parte de su emisor.

~Estoy bien sólo... me he caído por las escaleras, solo fueron unos golpes, sigo aquí, pero estoy bien, no te preocupes -mentí con el tono más seguro que podría articular, recordando las palabras de Haruo.

Tengo miedo de enamorarme (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora